Más bien
debiera decir que no se debiera de jugar con las cosas de comer, pero los
últimos tiempos nos dicen lo contrario, o sea, que hay empresas que se saltan
los controles, que no hacen análisis de sus fabricados antes de ponerlos en los
comercios a la venta, y ello nos pone en peligro a la población en general, a
todos los consumidores. Mientras esto sucede con productos tan primordiales e
imprescindibles, por tratarse de alimentos, las autoridades están de
vacaciones, haciendo la vista gorda, incumpliendo con sus obligaciones de
vigilar y preservar la salud de la ciudadanía. Parece como si no existieran
unos formalismos que obligaran a los centros envasadores a analizar los lotes
fabricados antes de ser cerrados, bueno, incluso una vez enlatados se pueden
enviar varias unidades elegidas aleatoriamente de cada lote fabricado para que
sea analizado… ¿por qué no lo hacen?
Hemos tenido,
como todos sabéis, un brote serio con la listeria de las carnes y algunos
subproductos de las mismas, de una empresa sevillana. Dicho brote ha generado
varias muertes y varios abortos entre mujeres embarazadas contagiadas de
listeriosis. Ha trascendido alguna información acerca de que la empresa operaba
sin permisos, sin licencia municipal, ¿estamos en el Oeste, es España una
tierra de bandidos y forajidos?, ¿por qué cualquier empresa se salta el control
de la Administración pública?, ¿por qué permite la Administración pública,
Ayuntamiento o Comunidad Autónoma, que haya centros de trabajos fuera de la
ley?, ¿dónde está la inspección, qué hace la misma? Ahora al buscar
responsables el Ayuntamiento carga contra la Junta de Andalucía, y esta hace lo
propio contra el Ayuntamiento, pero nadie cae, a nadie se le pone en la calle
por incompetente, todos siguen en sus puestos como si todos hubieran cumplido
con sus obligaciones y la gente sigue enferma, algunos murieron y otras mujeres
contagiadas perdieron a sus bebés.
Ayer nos
dieron un nuevo susto con las cosas de comer, se trata del atún en aceite de
girasol de la marca de la cadena de supermercados DIA. El atún está contaminado
por botulismo, fue envasado por la firma Frinsa, la cual dice que es imposible
que se haya contaminado en el proceso de fabricación porque el resto de las
latas del lote están en perfecto estado, pero el hecho es que ha aparecido atún
contaminado, ya tenemos otro problema. ¿Por qué los fabricantes no toman
muestras de cada lote fabricado, les hacen los controles pertinentes y les
remiten, antes de ponerlo en la calle, los resultados de los mismos a Sanidad
para que lleve un archivo de lo que los laboratorios dicen y lo que
posteriormente pueda aparecer en los productos o alimentos. De esta forma los
únicos culpables serán los laboratorios, indudablemente, solo de las muestras
que les hagan llegar. Una empresa puede desinfectar toda la maquinaria,
comenzar a fabricar un lote, a mitad de la fabricación extraer varias muestras,
seguir fabricando, y es entonces cuando por las causas que sean se produce la
contaminación y el lote termina infectado. En ese caso si solo se llevan las
muestras recogidas al principio cuando la maquinaria estaba desinfectada todo
irá bien con esas muestras, pero no así con el resto del lote. Por tanto, lo
propio sería recoger al menos tres muestras, una al principio del lote, una
intermedia y una final. Identificar perfectamente cada lote y llevarlo al
laboratorio a analizar, posteriormente remitir los resultados a la
Administración… así siempre, sin excusas de ninguna clase. Si se trabaja con
rigor y siguiendo una metodología parecida a la expuesta, no deberían aparecer
alimentos contaminados a la hora de consumir, pero si la gente ocupa cargos de
relevancia cuando solo son personas sin cualificación suficiente y escasos
conocimientos en la materia, algo muy normal en la casta política… ¡mal vamos!
Hoy en día consumimos
cantidad de productos: alimentos y bebidas, en todos los hogares del país.
Productos fabricados, manipulados por personas en diferentes empresas de las
que desconocemos su grado de pulcritud, desinfección y control, aplicados en
sus procesos de fabricación. Hay cantidad de personas de toda mentalidad y
niveles que tienen acceso a esos alimentos y bebidas que todos consumimos…
¡estamos muy expuestos!, demasiados pocos casos desgraciados suceden,
¡afortunadamente! Nuestra vida pende de un hilo en este aspecto, nos pueden
envenenar cuando quieran. Las autoridades no pueden relajarse en este asunto,
los controles y las inspecciones han de ser muy estrictas y continuadas. Han de
estar encima de todos los fabricantes y manipuladores de alimentos y bebidas,
sancionar y hasta clausurar empresas, inhabilitar empresarios negligentes, y
hasta expropiar fábricas para que la mala gestión de un empresario insensato no
tenga como repercusión que muchas familias se queden sin empleo y sin ingresos…
¡con las cosas de comer, no se juega!
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