Llego a casa,
son las 13,30 h, enciendo el televisor, sintonizo la Sexta en el momento en que
la presentadora, sustituta de Antonio Ferreras está haciendo una pregunta: “¿Hay
ya gobierno en la Comunidad de Madrid? Evidentemente, desconecto, pienso que
esa gente no salen del mono tema político deprimente y vacío de las luchas
entre formaciones e intereses de las mismas… ninguna palabra de lo que harán
cuando consigan el Gobierno. Los más impacientes ya estaréis apostillando que
el para qué ya lo habrán dicho en el debate de investidura, pero tal como
sucedió en el de la presidencia del Gobierno central, dicen a grandes rasgos
hacia dónde, pero jamás incluye el cómo, y eso me suena a serenata o a nana
para adormecernos y contentarnos, yo preferiría que nos dijeran, de verdad,
para qué quieren el poder, cuál será la línea de la que no se saldrán y cómo se
va a verificar que hacen lo que cumplen. En la industria y, en general, en todo
proyecto, se fijan unos objetivos, las acciones que se realizarán para alcanzar
esos objetivos, y el método a seguir para llevar el control de no apartarnos de
esas metas, así como la forma de evaluar los resultados obtenidos… ¿por qué en
la política tiene que ser puro chapuceo?
Volviendo al
programa, éste y todos en los que tocan la política, las supuestas líneas que
dirigen nuestras vidas y nuestra sociedad; ¿no hay más temas, no hay más formas
innovadoras de abordar la política?, ¿solo se pregunta lo mismo hasta la
extenuación?, mientras los políticos se dedican a driblar las preguntas no
contestándolas, o diciendo lo que más les convengan o vengan en ganas, que por
lo general es atacar a otros. A la población le interesaría conocer información
que surgiera de preguntas no pactadas con los políticos sobre soluciones reales
a los problemas de la gente. Que los políticos hicieran propuestas para
solventar aquellos problemas que nos afectan a todos, en mayor o menor grado. Dejar
de rumiar siempre lo mismo, las rencillas entre unos y otros, los pactos, los cordones
sanitarios que se aplican, las desconfianzas entre ellos y nadie contempla echar
a un lado la arrogancia de partido, al tiempo que se realice la puesta en
marcha de un frente común político para solventar poco a poco, y uno tras otro,
los problemas, las dificultades, las injusticias o los sectores que no
funcionan o se corrompen.
La televisión
tal cual está hoy en día, en cuestión de debates de actualidad política, es un
aburrimiento tremendo. Hay demasiadas evidencias pasando por el lado a las que
no se atreven a meterle el diente, tal vez, las nombren pero es como hacerles
caricias para que nadie se nos ofenda. Falta rigor de investigación y meter el
dedo en la llaga, falta pedir justicia contra los criminales organizados que
han estado saqueando continuamente a España. Sobra gente hablando de España, dándoselas
de más español que el resto, de más constitucionalista que nadie, de más
democrático que nadie, pero al final son los peores de todos, los más ruines,
cochambrosos y mangantes… no se privan de nada. En la tele de hoy, las cosas se
olvidan pronto, no se reiteran con la misma pesadez contra los corruptos que
como lo hacen con las nauseabundas maniobras de traición de unos partidos contra
otros. Si empleasen el mismo esfuerzo en desenmascarar a los malos, en pedir
sean condenados, en que nos sea devuelto lo que nos han robado, y perseverar
hasta conseguir echarles de las Instituciones, los partidos y el gobierno; su
colaboración sería inmensa y le estaríamos muy agradecidos por el gran servicio
público a la sociedad española… estarían mejorando el país con su trabajo
periodístico, pero si los medios, como sabemos, también están en las manos de
los señores poderosos… ¡apaga y vámonos! Seguirlos es perder el tiempo.
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