Trump alberga
odio, por lo que comparte odio, con sus mensajes envenena a parte de la
población, y el que se siente más Trump que los demás, toma un arma viaja 1000
Kms y se dedica a matar al mayor número de mexicanos que se les pongan a tiro
de su arma. Eso de que en América pueda la gente tener y llevar su arma consigo,
propicia que sea usada ante cualquier altercado y que la gente muera como el
viejo Oeste. Para defenderse, como en cualquier otro país del mundo, ya está la
policía, pero cualquiera tira abajo la segunda enmienda sin que los de la
Asociación del rifle no le de dos tiros. La segunda enmienda protege el derecho
del pueblo estadounidense a poseer y portar armas. Todo lo contrario
al proceder civilizado y humano al que se debería tender, para evitar una
sociedad con brotes psicóticos de violencia, como nos tiene acostumbrada la
sociedad americana: tiroteos en centros comerciales, colegios, institutos y
universidades. Podríamos decir que los americanos son de gatillo fácil, imagínense
un incidente de tráfico… después de los insultos típicos, qué harán sacar la
pistola… eso es un horror.
Cada vez que
hay un episodio de esos en los que matan a un montón de inocentes, nos suelen
describir en las noticias que el individuo, presunto asesino, se dedicaba a
comprar armas por Internet y tenía un arsenal con el que podía matar a todo su
barrio. Y no solo tenía simples pistolas, sino armas de guerra, sofisticadas
armas de asalto empleadas en episodios bélicos, que disparan cientos de
proyectiles en unos segundos. Al parecer esas adquisiciones nadie las controla,
la industria armamentística se harta de vender, allí todo el mundo dispara, los
de la asociación del rifle felices, el presidente lanzando bengalas orales
contra los inmigrantes y a los policías se les escurre el dedo por el gatillo
cuando tienen enfrente a personas de color.
No digo nada
que no nos hayan mostrado las imágenes facilitadas por los informativos… eso
sí, después del correspondiente sobresalto por la insensatez repetitiva de un
desalmado armado que le ha quitado la vida a escolares, transeúntes o
universitarios. A pesar de ello, adelante con la segunda enmienda, todos con
sus pistolas y algunos con un arsenal como si fueran parte de un comando de
élite que tiene que entrar en acción en una misión peligrosísima. A veces nos
dicen que el asesino se ha quitado la vida tras aniquilar a una docena o dos de
personas, lo que demuestra la inestabilidad del individuo, pero a pesar de ello
compraba y compraba armas hasta hacerse de una buena colección sin que nadie
mediara en tan fatal intención. Ni las autoridades, ni la policía, controlan lo
que hacen los ciudadanos estadounidenses, que ya es extraño, sabiendo lo aficionados
que son a controlar y espiar al resto del mundo. Esas personas, que por lo
general han tenido problemas en los centros escolares, han sido expulsados
muchos de ellos, han pasado inadvertidos para las autoridades americanas. Esas
personas son las mismas que calculan un plan de venganza contra el centro y los
profesores, pero una vez entran en el centro armados hasta los dientes, van tan
calientes que disparan contra todos los que le salgan al paso. Caen profesores,
alumnos, compañeros suyos, gente de seguridad y mantenimiento, todos son
enemigos suyo en ese instante de venganza y locura.
Otro ejemplo
más de cómo el beneficio industrial va por delante de las acciones civilizadas,
de la paz, del orden, de vivir tranquilo, aunque ellos hayan vendido que tener
y portar su arma es por la seguridad de los americanos… claro, de los que no
mueren en los tiroteos. Mantener leyes trogloditas ponen en peligro a las
poblaciones, en lo que va de año, América ha sufrido 251 casos de asesinatos múltiples
por tarados de algún tipo o clasificación, de eso se encargan los científicos,
que sean ellos los que los metan en tal o cual grupo, pero lo quieran justificar,
como lo quieran hacer, no nos van a convencer de nada, pues hay que estar muy
mal para salir arma en mano dispuesto a quitarle la vida a todos aquellos que
se crucen en su camino.
Trump es un
bicho venenoso, la trae continuamente con China, con Rusia, con Corea del
Norte, y ahora más recientemente con Irán. No vive si no provoca, y se le nota
demasiado que está deseoso de armar una buena en diversas zonas de la Tierra
con tal de sacar tajada. Todos los presidentes estadounidenses lo han hecho, la
han armado invadiendo algunos países para sacar lo suyo, los han destruido, han
asesinado a millones de personas en un puro genocidio, y nunca sucede nada, el
resto de la comunidad mundial mira hacia otro lado… son los Estados Unidos de
América. La industria armamentística americana muy feliz con las ventas.
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