Yo no tengo datos, nadie tiene datos puesto que todo anda bastante manipulado, pero si se tira de sentido común, a qué viene no declarar la primera vez por desconocimiento de lo que todos los medios estaban diciendo: Tráfico de influencias (había mediado ante el Gobierno para que concedieran favores monetarios a ciertas empresas), y corrupción (había, presuntamente, un enriquecimiento impartiendo un Master para el que Begoña no tiene la formación requerida por cualquier Universidad, cobrando por ello indebidamente y, para colmo, apropiándose de un software confeccionado por la Universidad, o sea, pagado con dinero público, que patentó a su nombre, como si fuera suyo, como si ella lo hubiera realizado o pagado con su dinero un equipo de profesionales para que lo hiciera). Hasta ahí se sabe, lo han difundido todos, los de un color y otro, así que algo de esto hay, por qué Begoña se niega a declarar por recomendación de su abogado. Si no hay nada, como tanto defiende el PSOE, su marido, el de las cartas públicas de amor por su señora y justificación de que solo hay fango contra ellos, según él, fabricado por los seudo medios y la derecha; por qué no se sienta la señora de Sánchez y dice con normalidad todo lo que hacía, de qué vivía, qué había hablado y pactado con el Sr. Barrabés y con el Sr. Rector de la Complutense en el despacho de su marido en La Moncloa. ¿Es ese el lugar más apropiado para hablar de sus negocios si no hay nada de nada, y menos de tráfico de influencias, favores del Gobierno, etc.?
Es el juez, o los jueces y los fiscales, no sé en qué número están en la sala, los que deben investigar, acusar o archivar lo que haya habido. Un tanto extraño es todo, huele a chiringuito del bueno, la mano la han pasado en muchos aspectos de este caso, y el gran esfuerzo que está haciendo el PSOE en los medios y las redes es, como mínimo, sospechoso, solo le falta dictar sentencia a este partido, que no obra diferente a los demás cuando se tiene la sospecha que a alguien de los suyos lo han cogido con el carrito de los helados. ¡Qué malo es el dinero y el poder cuando no se hace un uso bueno y legal de ellos! ¡Cuántos ciegos que ven hay en este país de panderetas y mentiras! ¡Cuántos palmeros, que no son más que estómagos agradecidos! Y de todo esto resulta una ocasión ideal, al menos para el Presidente y todos esos palmeros, que lo justifican todo diciendo que hay quienes quieren hacer daño al matrimonio Sánchez, que quieren hacer caer al Gobierno socialista, pero ninguno se plantea por un solo instante que algo de verdad puede ser que haya, que Bego se ha podido lucrar del plan concertado en el despacho de su marido, y en alguna ocasión, con la presencia del Presidente del Gobierno, cabeza de reunión de Ministros, que posteriormente concedían las ayudas a las empresas que Bego recomendaba. O que ciertas personas, igualmente recomendadas, que habían realizado su Master, casualmente, encontraran puestos valiosos en compañías que estaban cercanas o mantienen estrecha relación con el ejecutivo.
Todo es una rocambolesca coincidencia en la que nadie ha hecho nada, de la que Bego se niega a hablar sin ningún motivo, y de la que nos hacen ver que es un ataque contra ella, contra su marido y contra el Gobierno. Esta vez el juez se ha ahorrado: yo pasaba por allí, no recuerdo nada, no vi nada o, lo hice todo porque estaba terriblemente enamorada de mi marido. Lo que no han cambiado, parece ser, es la migración de funciones, el fiscal vuelve a hacer los roles de abogado defensor y no de acusador, que es para lo que le pagan. Todo está trabucado, pero la constancia de un Gobierno infame y la desvergüenza de un buen número de palmeros y estómagos agradecidos, trata de hacer creer a la población española que solo la impunidad es el camino victorioso de los mafiosos y corruptos de este país, que se creen inocentes.
Seguiremos...
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