La gente está votando por inercia, es a la conclusión que llego, pues cuando hablo con casi todos los que tengo oportunidad, dicen estar hartos de política. Sin embargo, las urnas se llenan, aunque eso sí, son una minoría los que votan, precisamente para respaldar lo que digo, que la gente está más que harta del tejemaneje político, del engaño, del desinterés de los políticos por los problemas reales de la ciudadanía.
Entonces qué esta sucediendo, pues que la gente que vota sigue creyendo tener la obligación democrática de ir a votar, y toma la papeleta del partido que toda la vida votaban en su casa. No atienden a programas y, mucho menos, al recorrido del partido al que piensan votar, tenga los casos de corrupción que tenga, parece que les dé lo mismo, como si no les doliera la mentira, las falsas promesas repetidas en el tiempo, los dineros que desaparecen, el empeoramiento de los servicios públicos, la privatización gradual de los mismos, la inflación creciente y continua, el incremento de la deuda pública, la falta de control de la usura a la que se ve sometida la población española por parte de los grandes entes comerciales, industriales, pero sobre todo, por los intermediarios que se están forrando a nuestra costa.
Tampoco podemos ni debemos olvidar la estafa que se ha producido cada vez que hemos vivido una situación comprometida, la subida de los precios injustificada, las altas comisiones que se han llevado los políticos, y todo ello repercute en un mayor coste a la hora de adquirir los productos que sean. A veces productos de primera necesidad que se han pagado muy por encima de sus precios reales de mercado, aprovechando la emergencia del momento y la colaboración necesaria de los políticos para llevarse cantidades ingentes de dinero que nadie exige sean devueltas al erario público, dineros que se pierden, incluso quedando libres de toda responsabilidad los autores de esos "atracos" a la ciudadanía.
Para que se convenzan de lo que vale un político, solo tienen que ver cuando un partido se ha hundido, lo que tardan en salir corriendo como ratas a alinearse en las filas contrarias, incluso a las que han criticado cientos de veces por las políticas que practicaban. Hay políticos que cambian de chaqueta más que una corista, ahora con la medida tomada por Abascal hace unos días referente a su oposición a acoger Menas, algunos de sus filas se niegan a salir de los gobiernos de algunas Comunidades y no tienen reparo alguno en dejar VOX e integrarse en PP, les vale una ideología y la contraria, todo vale con tal de seguir cobrando un abultado sueldo, les puede el dinero a la ideología de partido. Se adaptan como los camaleones y se quedan en el puesto como si estuvieran pegados al sillón con Loctite. Ser íntegro y coherente cuesta lo suyo, no digamos ser honrado y honesto, esto ya si que no lo conoce la mayoría de los que enfocan las cámaras.
Conclusión: La gente no sabe lo que vota, vota por inercia, lo que siempre ha votado, en su gran mayoría, y lo que vota vale poco como hemos visto, porque los políticos valen poco, tienen una pésima catadura moral.
Seguiremos...
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