sábado, 20 de julio de 2024

EL PRECIO DE LA COMPRA

 

                                              Imagen: www.behance.net

    Justo estaba terminando de escribir y colgar el anterior escrito, ha llegado Mercadona con la compra de la semana. Debo hacer una aclaración, mi esposa compra en Mercadona solo ciertos productos que nos gustan de allí, otra parte de la compra la hace en Carrefour y los productos más frescos como: frutas, verduras, carnes y pescado, en el mercado de un barrio cercano a la urbanización donde vivimos. Era necesaria la aclaración para que se entienda lo que pretendo comunicar.

    Como cada sábado, ha llegado Mercadona, y como cada semana me pongo a pie de la puerta y conforme el empleado-repartidor de ese establecimiento va sacando las bolsas de las cajas de plástico verde, las cojo y las voy arrinconando junto a la puerta para posteriormente llevarlas a la cocina. El asombro de hoy ha sido que la compra abultaba menos que nunca, había menos bolsas y menos productos, lo he mirado sorprendido, y ha añadido mi mujer: Cada semana cuesta más lo que compro en Mercadona y cada semana viene menos cantidad, esta vez han sido 130 euros. Inmediatamente, me ha salido del alma y he dicho delante del empleado: "El culpable para mí es el Gobierno, que es incapaz de intervenir precios, o eliminar mediadores indecentes y usureros, que aprovechan cualquier situación para esquilmarnos los bolsillos de la gente".

    Hace tiempo se me ocurrió una idea de esas, medio utópica por la baja preparación humana de muchos, también es de esas ideas que otros muchos tachan de comunistas por las misma deficiencia antes mencionada. Se trataba de quitar a los mediadores de en medio, y si el Gobierno pensara en la gente de verdad y no fuera un ciego obediente de los poderes monetarios, establecería una oficina de intermediación pública, sin ánimo de lucro, para facilitar la vida de los ciudadanos y de los productores, así como para obligar a tener un precio justo a los productos de primera necesidad como son los alimentos. Estudiaría los costes de producción, pactaría unos beneficios razonables y evitaría el abuso y enriquecimiento de solo una pequeña parte de la población industrial y comercial.

    Cuando se expone esta idea, saltan inmediatamente los liberales, los del libre mercado, los globalistas, y todos esos que anuncian que intervenir precios o empresas es comunista, nadie interpreta que en ocasiones hay que trabajar por el bien de la gente en general, y no solo para que los que tienen empresas sigan enriqueciéndose. Que sí, que ganen dinero, que para eso tienen una infraestructura, pero que nada debe escapar de que somos la humanidad, una comunidad de personas, y que si lo miramos bien, al menos para mí lo es, lo privado es una anomalía. Todo debe ser para todos por igual o, ¿Quién dio los títulos de más derecho sobre las cosas, los recursos, las tierras, etc. ¡En fin!, que todo está muy caro porque los que debieran vigilar para que eso no ahogue la economía de los hogares, no lo hacen. Ellos tienen los bolsillos bien llenos, se ponen los salarios, por ciertos bastante buenos, y no pasan por los apuros que el resto de ciudadanos a los que imponen sus normas y obligaciones. Y a callar, que te pueden acusar de crear fango.

    Seguiremos...

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