Manuela
Carmena fue entrevistada en la Sexta Noche el Sábado pasado, y pudimos ver a
una señora nada beligerante, que no entró al trapo de ningunos de los envites
que a través de los videos de las declaraciones de Esperanza Aguirre hicieron
contra Manuela Carmena. Se mostró como una señora con clase y categoría
política. Una mujer que en todo momento supo estar en su sitio, que nunca hizo
uso ni recurrió al insulto o a la descalificación para defenderse de nada. Y
mostró la ilusión de una persona, mucho más joven, por la consecución de los
objetivos, que no eran otros que el bienestar de los madrileños.
Todo mi
escrito no puede ser más que un alegato a las buenas formas, al saber estar, a
la ecuanimidad y a la extraordinaria humanidad mostrada por Manuela Carmena.
Una alcaldesa de la que ya se pueden sentir orgullosos los madrileños, por ser
una persona libre de los intereses de los partidos políticos, y centrada en la
tarea de gobernar, lo mejor posible, la ciudad de Madrid. Preocupada por los
problemas de los madrileños y de dar solución a cada uno de ellos.
Manuela mostró
ser una mujer sensata, conciliadora, justa e ilusionada. Que por cierto, a
pesar de su edad, estaba guapa, peinada y maquillada en su justa medida. Nada
de arreglos llamativos pero que le favorecían. Vestida con un traje de chaqueta
de color negro, acompañado de medias de igual color, le daba un aspecto de
seriedad y rigor, que no le hacían falta, pues sus maneras ya se habían ganado
el respeto de todos.
Solo tengo
buenas palabras para esta señora, es un aire fresco que ha entrado en un
ayuntamiento. Una nueva forma de gestionar los asuntos, una ilusión renovada,
unas formas diferentes. Una limpieza inusual en las Instituciones. Un
desinterés por desviar nada o aprovecharse del cargo, que no se da en lo
público.
Me hizo mucha
gracia cómo definió el actual panorama político. Estaba extrañada de que fuera
del parlamento los políticos se reunían y estaban de acuerdo en casi todo, pero
decía que después daban una palmada y comenzaba el teatro de los insultos y las
descalificaciones de cara a la galería. Vino a decir que era una gran mentira
todo el complot político del país.
Es de valorar
que alguien que está dentro, aunque ella sea independiente, pues no pertenece a
ningún partido, precisamente para evitar los intereses propios de las formaciones,
venga y diga sendas cosas con tanta naturalidad y claridad.
Se pudo ver en
la entrevista una Carmena segura, conocedora de todos los asuntos por los que
fue preguntada, que dio unas respuestas sensatas en todo momento y sin recurrir
a los juegos sucios de palabras de los políticos.
Carmena es una
ciudadana, jueza, gestionando el Ayuntamiento, probablemente, más importante de
España. Haciéndolo estupendamente, sin dársela de nada y sin la necesidad de
hacerse notar descalificando a otros, que es lo que suelen hacer muchos. Por el
contrario, procura hacer meriendas con la oposición, poner las magdalenas
hechas por ella misma, e intentar aprovechar, respetando la diversidad y la
pluralidad, todo lo bueno que cada cual pueda aportar al proyecto de gobierno
de la ciudad de Madrid.
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