En la política
actual todo es un pacto de conveniencia y silencio. ¿Cómo se explica que la
denuncia de Maragall en el parlamento catalán hecha en 2005, se haya llevado
silenciada durante 10 años?
Hay un
problema estructural que impide investigar los casos de corrupción con
agilidad, bien por falta de recursos, bien por la escasa voluntad política de
que afloren la verdad y los culpables. Según ha trascendido, los Gobiernos del
PSOE y del PP, por conveniencia para gobernar con el apoyo de Pujol, obligaron callar
a los fiscales que quisieron investigar el caso del tres por ciento.
Hasta ahora no
se está moviendo el caso de la familia Pujol, calificada por un juez de
organización criminal para robar. Aunque todo comenzó con la declaración del
cabeza de familia, que decía haber tenido treinta años dinero fuera de España,
y que la procedencia del mismo era una herencia paterna. Se sabe, en estos
momentos, por el montante que va apareciendo en diferentes paraísos fiscales,
que la hipotética herencia del padre de Pujol, se habría multiplicado por cincuenta
y cinco. ¿Cómo se puede ser más cínico?
Cuando Pujol,
padre, fue entrevistado por Jordi Evole en el programa Salvados, se atrevió a
decir: ¿qué coño es eso de la UDEF? y por supuesto añadió no tener cuentas en
Andorras ni en ningún paraíso fiscal, o que otros políticos habrán sido tocados
por grandes empresarios, pero que con él no se atrevieron. ¿Para qué iban a
hacerlo?, todos conocían las condiciones: Si quieres que te adjudique una obra,
primero pasa por caja y deja la comisión del 3, el 5 o el 7 %.
Todos lo sabían
y nadie hacía nada, todos callaban y hasta que la mancha no pudiera cubrir a
Artur Mas, por la conveniencia de quitarlo del primer plano político en estos
momentos críticos del independentismo, no han hecho nada o muy poco. Cuando les
ven las orejas al lobo, todos comienzan a movilizarse. El problema lleva años
estando sobre la mesa. Algunos catalanes, cercanos al poder, llevan años
pidiendo un referéndum y el Gobierno Central negándose a dialogar o buscar
medidas, amparado en la Constitución inamovible para este asunto, pero no para
todas las ocurrencias que durante estos cuatro años ha tenido Mariano Rajoy y
su equipo. Decretos para arriba y para abajo, modificando y cambiando lo que
hiciera falta, con tal de hacer prevalecer el autoritarismo que respaldaba su
mayoría absoluta.
Para lo malo
Rajoy pide el consenso y para ello trata de hablar con todos, quiere estar
respaldado por las demás fuerzas políticas. Los decretazos los imponía con los
únicos votos del PP, fastidiaran a quienes fastidiaran, sin tener en cuenta al
resto de los grupos que se manifestaban en contra. Lo dicho, hay una política
de conveniencia en unos casos y de silencio en otros.
Es necesario
vaciar las instituciones de gente política, no profesional o personal técnico y
funcionariado. Hay que hacer una purga y un concurso de méritos. Hay que
derogar cantidad de leyes que conceden privilegios y un trato desigual a los
políticos, con respecto al resto de los ciudadanos.
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