Hoy quiero ser
breve y conciso. Todos podemos. Todos tenemos las capacidades adormecidas que
de despertarlas nos harían vivir una vida plena. Hay que atenderlas, hay que
estar atentos/as.
No estamos
viviendo sino sobreviviendo como mejor podemos. Tiramos tal como nos las
ingeniamos, pero somos parte de un todo potente e infinito del que no somos
conscientes.
Párate a
observar. Mira sin intervenir. Aprende a estar en silencio. Hazte uno/a con el
silencio. Crece y vive, siéntete vivo/a. Tú eres la vida, ¿no te das cuenta?
No seas tan
locuaz. Las palabras, producto de un excesivo trabajo mental, nos empobrecen,
nos venden y nos hacen vivir demasiadas situaciones comprometidas. Haz uso de
la palabra muy cautamente, muy prudentemente, y te irá mucho mejor.
No imagines
tanto. Te llevas todo el día imaginando lo qué van a hacer otras personas, lo
que piensan otros, etc. Retorna al instante actual, vuelve a estar presente,
donde solo es lo que es; no la
interpretación que tú has hecho. Solo te sirvió para gastar energías que no te
llevan a ningún lado importante para tu vida.
Pregúntate y
espera la respuesta interior. No desesperes, continúa intentándolo, sigue
preguntando con total sinceridad y deseos de saber realmente. La respuesta
llegará, tarde o temprano.
No tienes nada
mejor que hacer, pues no te aburras, siéntate contigo. Hazlo a menudo en un
espacio tranquilo y confortable, que te agrade. Cierra los ojos y disfruta de
tu tranquilidad y tu paz interior. No temas nada y relájate.
Simplifica tu
vida, no te compliques. Arreglas tus asuntos pendientes para que no sean un
lastre. Renuncia a lo superfluo, a lo que te requiere un gasto de energía o un
empleo de tiempo, que consideres sean excesivos. No pagues un precio que no
estás dispuesto/a a pagar. No te enredes en las memeces que la gente menea
constantemente en su marco de oscuridad.
Modifica poco
a poco tus respuestas, modela tu comportamiento sin reprimir sino desde el darse
cuenta, el hacerte consciente. Cuando modificas el exterior, puedes llegar a
abrir el interior. Y cuando se vive despierto, indudablemente, ya eres
diferente. Los de fuera lo notan, te lo dirán. Te dirán que te ven distinto/a.
Siempre es lo
mismo, conviértete en el mejor observador de ti mismo/a. Compréndete a ti mismo/a
para llegar a comprender a los demás. Descúbrete a ti mismo/a y cambiarás sin
ningún género de duda. Observación, mucha observación.
Todo el camino
del despertar te hará vivir momentos necesarios, aunque a veces no te parezcan
los mejores. Es imprescindible vivirlo, hay que ordenar y limpiar primero, para
poder disfrutar, para que el amor y la paz interior ocupen el espacio que antes
ocupaba el desorden y la suciedad.
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