La justicia
del país sigue como ya los políticos nos han acostumbrado, o sea, una justicia
de varias velocidades y, totalmente, diferente para todos. Depende de quiénes
sean los delincuentes y de la mayor o menor cercanía al Gobierno, así actúa.
Le están dando
a Rato el suficiente tiempo como para que maquille su situación, presuntamente,
delictiva, antes de juzgarle. Están permitiendo que quite de en medio las sociedades
pantallas, los testaferros y a todos los familiares vinculados con sus falsas
sociedades, para que se diluyan los delitos de blanqueo de dinero, fraude
fiscal, alzamiento de bienes, etc., por los que, presuntamente, está inculpado
como responsable directo.
Ya han pillado
a dos de sus testaferros, uno de ellos lleva privado de libertad dos meses. Sin
embargo, Rato sigue trapicheando por las calles, acelerando el maquillaje y
haciendo limpieza profunda, o visitando al máximo responsable de los cuerpos de
seguridad del Estado, que tienen la obligación de investigar los delitos en los
que ha podido incurrir Rato. También han retenido los cuerpos de seguridad del
Estado a su más antigua secretaria, pero, insisto, él sigue en libertad. Los
lacayos privados de libertad, el cabecilla dando vueltas por sus despachos, por
el despacho del Ministro del Interior, por las calles y de vacaciones en su
barco, junto a su novia.
Lo último que
se ha sabido, además de las comisiones que ha cobrado, derivadas de los
contratos a dos empresas, mientras Rato era el Presidente de Bankia; es la
condonación, por parte del BBVA, de la deuda de cincuenta y dos millones de
pesetas, unos trescientos mil euros, contraída con esa entidad bancaria por una
de las empresas de Rato y sus hermanos. Da la casualidad que el Presidente de
BBVA cuando esos hechos se producen, es el mismo Presidente que lo fue de
Argentaria, antes entidad pública, que fue privatizada en los tiempos en que
Rato estaba en el Gobierno, y fue el mismo Rato quién propuso para la
presidencia de Argentaria, a la misma persona que posteriormente le condonó la
deuda de trescientos mil euros.
Empezamos y no
acabamos, siempre la misma historia, alguien relevante en el Gobierno facilita
una privatización y propone a dedo a alguien para ocupar una presidencia, y ese
señor queda en deuda con el político. El político no se va a otra entidad
bancaria diferente a pedir el crédito, sino que lo hace en la que el señor que
él ha nombrado está de Presidente. Posteriormente, el agradecido Presidente
nombrado a dedo, le condona la deuda. ¡Es una vergüenza!, es una cadena de
favores que provoca despilfarro, injusticia y mafia.
Los corruptos
y los corruptores están fuera del circuito de la ley, los magistrados lo saben,
pero la verdad es que aquellos siguen acudiendo a sus oficinas cada mañana,
cuando no tienen algo mejor que robar. Para los demás mortales el dicho sería: “Acude
a su oficina cuando no tiene nada mejor que hacer”, pero ese no es el caso de
los delincuentes de este país. Por lo que estamos sabiendo, hay más chorizos
que botellines de cerveza, que ya es decir. Y todos se pegan al Gobierno para
hacer negocios turbios, ¿son todos los del Gobiernos delincuentes?, no, claro
que no. Pero si hay más de la cuenta haciendo la vista gorda, por tanto, son cómplices
y están incumpliendo con sus funciones y obligaciones. Tienen que denunciarles
y han de cuidar de lo que es de todos.
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