Ya de vuelta
en Sevilla tras unos días en los que, como siempre, la magia de la vida te da
la oportunidad de conocer a algunas personas. Voy para tratar unos asuntos que
poco o nada tienen que ver con el camino interior, y la vida, que es así de
caprichosa, te pone en contacto con personas que hablan de ellos, de sus vidas,
resultando que más de uno estamos transitando una senda similar.
Ha sido una
grata sorpresa poder compartir pensamientos, reflexiones, cuando el tema
profesional era bien diferente. Da tranquilidad poder cooperar con personas así,
para poder sacar, entre todos, temas que nos conectan.
Una vez más,
la vida me muestra que no es correcto prejuzgar a nadie, y no es que lo
hiciera, pues ya quedó atrás esa etapa, pero ha sido mucho mejor ir disponible,
abierto y dispuesto al dialogo, porque las cosas se hacen más agradables para
todos, como así ha sido.
Siempre hay
temas no resueltos como te gustaría, e incluso pueden haberse atendido con
mayor atención, pero eso no representa el final del mundo. Hablando y pactando
unas pautas de comportamiento por parte de todos, estoy seguro que podemos
llevar el tema que nos traemos entre manos de un modo más satisfactorio para
todos.
Nunca me voy a
quedar en que solo sea mejorable para mí y mis intereses, lo ha de ser para
todos los intervinientes por igual, si es posible. Afortunadamente, se ha
encarrilado todo, hemos establecido un sistema de trabajo o de actuación que me
agrada y, sobretodo, me llevo la grata emoción de haber conocido a estas
personas, todas ellas involucradas en prácticas de yoga, meditación, etc., ¿y
que algo tan diferente se haya puesto encima de la mesa, para traspasar la
forma externa de la mera relación laboral o comercial?
También debo
resaltar a mis vecinos, que han colaborado cada cual como su programación se lo
ha permitido. En un principio, la cosa se fue a enredar, pero, bueno, la sangre
no llegó al río. Creo que también con ellos se ha establecido un acercamiento
que antes yo no tenía, pues en honor a la verdad, no los veo asiduamente.
Espero que
todos pongamos de nuestra parte, sé que lo vamos a hacer todos, y vamos a
funcionar como una maquinaria construida con piezas de gran calidad y una
tecnología vanguardista. Ninguna empresa o tarea merece la pena realizarla u
ocuparse de ella si nos produce infelicidad. Los seres humanos no estamos aquí
para ponernos zancadillas, sino para crecer juntos. Esto no podemos olvidarlo,
y debemos aplicarlo cada día a todo lo que hagamos, para nosotros y para los
demás.
No entiendo el
mundo de otro modo. Y no quiero entenderlo de otra manera. No me resulta
placentero vivir peleando, discutiendo, enfadándome. Todos debemos hacer un
esfuerzo por comprendernos, por sentir al otro, veremos que todo funciona
mejor.
Por encima del
dinero está la felicidad de las personas, todo no es dinero e intereses. No
vale el imponer o el descalificar, hay que dar a cada uno su sitio, hay que
respetar y cuidar de lo que es de todos, como si estuviera tratando con algo
que fuera de uno. ¡Es fácil! Esta mañana se ha abierto una puerta de luz, que
nos permite el paso a todos.
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