Maldito dinero
que corrompe a las personas. Maldito dinero que divide a la población entre
ricos y pobres. Maldito dinero que hace que los de arriba exploten a los de
abajo. Maldito dinero que hace que la competitividad no se mida por la calidad
del producto, sino por lo barata que sea la mano de obra. Maldito dinero que
permite que algunas familias no puedan pagar sus deudas y sean desahuciadas. Maldito
dinero que ha llegado a condicionar cada paso que se da, o cada decisión que se
toma en la sociedad. Maldito dinero que eres la carroña de la que se alimentan
los buitres inversores. Maldito dinero por ser el precursor de las prácticas
ilegales y delictivas.
Hay mentes que
no alcanzan a ver nada más allá del dinero. Hay mentes que no descansan en su
empeño por concebir un plan para amasar dinero. Hay mentes que endiosan a los
cuerpos que la sostienen, haciéndoles vivir un falso sueño. Hay mentes
enfermizas, avariciosas, que no se conforman con lo que tienen, y eso es una
manera de ser infelices. Es por ello, que coleccionan coches de lujo porque ni
uno, ni dos, ni tres le hacen felices; sienten que les falta algo, ¡quieren
más!, y nunca ven el final.
Si seguimos
entendiendo que somos individuos al margen de los demás, repetiremos el mismo
comportamiento: egoísta, ruin y déspota. Masacraremos a los demás para obtener
de ellos todo su esfuerzo, y conseguir los mayores beneficios para nosotros.
Anularemos la voluntad de las demás personas. Les haremos un poco más
infelices. Hundiremos la autoestima que pudieran tener. Rivalizaremos con
aquellos a los que consideremos nuestros competidores imaginarios.
Empobreceremos a las familias de aquellos que estén cerca de nosotros.
Exhibiremos un comportamiento nada ético, y puede que hasta amoral. Iremos
directo hacia la destrucción de la paz social, y seremos los responsables de
todo cuanto pueda suceder.
El camino
elegido es erróneo, y no debemos seguir reproduciéndolo. La gente de arriba
tiene que cambiar de mentalidad, porque lo que están generando les va a
engullir a ellos también. Tardará más en llegarles, pero lo hará. Están
sustentando un sistema negativo y tóxico, en el que la gente se ha de someter
por miedo o por hambre, y esas no son formas de tratar a otros seres humanos.
Muchos de los que han prodigado esa explotación de las personas, están en la
cárcel. Eran los mismos que alentaban a los Gobiernos a que se obligara a
trabajar más, por un salario menor, sin embargo, ellos lo que hicieron es
utilizar la vía rápida: meter la mano en la caja de los contribuyentes y
robarles.
Muy pocos de
los de arriba tienen credibilidad, mucho menos, se puede confiar en los
consejos que se atreven a dar. ¡Qué forma de tirar esta existencia, sometidos a
esta locura de sistema de explotación! ¡Me niego a ser un cordero manso de los
locos que han agarrado el timón del barco de este psiquiátrico! Si paso hambre,
que sea con dignidad. Si no me puedo permitir cosas superfluas, que sea con
dignidad. Mis ideas y mi sentir, nunca serán suyos. Podrán tener todo el maldito
dinero negro, que es lo que tienen todos esos de las listas Forbes, si no que
le investiguen en los paraísos fiscales, pero a mi no me tendrán. Lo que brota
de mi interior nunca podrá ser suyo.
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