Ayer con la
propuesta del Rey, de que Pedro Sánchez intente conseguir los apoyos
suficientes para conformar un Gobierno, parece que comienza a desbloquearse la
postura mantenida por los partidos políticos. Ha llegado el tiempo de pensar en
la gente, a ver si esta vez es posible que los ciudadanos pintemos algo en toda
esta lucha de sillones. No habrá Gobierno si incurren en la falsa de las
sillas, y sí habrá Gobierno si ponen los programas encima de la mesa y
seleccionan los puntos que tengan paralelismo, para confeccionar con ellos un
programa común en el que ninguno se eche para atrás.
Pero si miran
por los colores y las siglas, y los anteponen a los intereses de la población
española, estamos perdidos; habrá nuevas elecciones. No están los tiempos para
imposiciones como hacen algunos, pero tampoco está bien que se pierda el tiempo
infamemente. Es fácil, se sacan adelante los puntos donde coinciden o se
aproximan y apuntan en la misma dirección; el resto que cada cual proponga
temas y se sometan a votaciones de toda la cámara. Es que no hay más.
Si PSOE no
quiere nada con PP, que yo tampoco querría tras los cuatro años de decretazos y
recortes, que se agrupen el resto de formaciones, siguiendo las directrices
marcadas por las aproximaciones de sus programas de gobierno. Y que cada una de
esas formaciones, proponga y defienda sus propuestas que ideológicamente no coincidan
con las del resto, para que sean aprobadas o rechazadas por votación de todos
los Diputados.
Si se quiere,
se puede, es cuestión de voluntad política. Algo que tanto se han tirado a la
cabeza unos y otros, la voluntad política, pues que lo demuestren ahora que
tienen la oportunidad de aplicarla. Que dejen los miedos y las amenazas a un
lado, y que dialoguen. Que contemplen al conjunto de los españoles, y que
trabajen para obtener el bienestar general y social perdido en los últimos
años. Que luchen por una España más puntera en industria, tecnología e
investigación, y podremos ver que a la larga nos va a ir mejor a todos. Que
expulsen a todos los corruptos, y a aquellos que les han dado cobertura, de las
Instituciones públicas. Que apliquen castigos ejemplares a los malvados y a los
chorizos. Que les obliguen a devolver lo robado, y que no salgan de la cárcel
hasta que hayan resarcido a la sociedad del mal que hubieran provocado.
A mi ya no me
importan los colores o las siglas, me importan lo que vayan a hacer o proponer
que se haga. Me importan los programas, y me importa que les importemos a
nuestros políticos. Quiero que los políticos se bajen de la nube y pisen el
suelo, que salgan a las calles y vean la situación real, no por los telediarios
sino con sus sentidos y en directo, mezclándose con la gente, escuchándole y
respondiendo conforme a la demanda social. Quiero que dejen de estar presos de
los grupos inversores, de la banca y de los empresarios. Quiero que lleguemos a
ser un país autosuficiente para no tenernos que enorgullecer que esto o aquello
se hace con capital europeo, pues eso que se dice tan alegremente incrementa
nuestra deuda, nos empobrece más.
La dependencia
es mala y la cooperación es buena. Un país endeudado es dependiente del que le
presta dinero, tanto es así, que llega a perder su soberanía a favor de las
peticiones del otro. Esto no es bueno para nosotros, debemos saber estar en la
UE pero no para volvernos locos pidiendo ayudas, ¿alguien se cree que son
gratuitas? Estar en la UE tiene sentido cuando es para conformar una Unión
fuerte, que crece al mismo ritmo, que progresa y se enriquece como conjunto.
Que comparte adelantos científicos, tecnológicos y llega a ser una gran
potencia en todos los sentidos. Esto es lo que deben tener claro nuestros
políticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario