¿Por qué no
hay escuelas públicas para llegar a ser maestros espirituales? ¿Se imaginan
asignaturas para un curso: yoga, danza, meditación, concentración, psicología,
alimentación, etc.? Hay un problema en esta sociedad cuyo motor principal es el
dinero, ¿a quiénes interesan los hombres conscientes y libres? – yo diría: “a
casi nadie”.
La maestría
espiritual desenmascara la gran ofensa social que se está cometiendo con las
personas. Abre los ojos a la gente y hace que no sean manipulables. No se les
puede someter a través del miedo, como sucede en la actualidad. No tienen
apegos a las cosas materiales, por lo que no se les puede encerrar en el
círculo vicioso: consuma, trabaje para pagar, vuelva a consumir, vuelva a
trabajar más horas para abonar sus deudas.
La gente
desarrollada interiormente no son bienvenidas en esta sociedad materialista de
abusos y egoísmo. La verdad no tiene cabida en una botella llena de mentiras,
pues no hay espacio material para ella. Y la botella de mentiras es nuestra
sociedad, en la que se han establecidos normas y códigos inhumanos e inmorales,
que se olvidan de los problemas de la gente. Los que ejercen su poder sobre los
demás, casi siempre, lo hacen para sacar partido del sometimiento de los otros.
Hay grandes y sucios intereses de los que más pueden y tienen, sobre el resto
de la población, que en cierto modo, ha quedado supeditado a las migajas que le
lanzan al camino para que pueda subsistir.
Estamos
viviendo una locura colectiva, encabezada por los majaras de arriba, que han
impreso un ritmo acelerado de desatino expandido y generalizado, que lleva
arrollada e hipnotizada a la población hacia las que son las metas pretendidas
por aquellos de arriba. ¡Hay que parar, y negarse a seguir esta carrera hacia
el precipicio! El egoísmo de los poderes ocultos nos arrastra hacia el abismo. No
estamos demasiado lejos de despeñarnos aunque pueda parecer lo contrario. Hablo
de despeñarnos metafóricamente, pero la pobreza, la inestabilidad, la falta de
futuro, la ausencia de trabajo e ingresos, la pérdida de las viviendas, la
venta de armas, los bombardeos concertados e indiscriminados, etc.; digan
ustedes si no es como estar despeñándose.
El mundo no
está loco, lo están ciertas personas de poder, lo están muchos empresarios que
prefieren explotar a niños antes de que se reduzcan, razonablemente, sus
beneficios. Lo están todos aquellos que fomentan el odio en una zona del mundo,
para venderles armas a ambos bandos y que sigan aniquilándose mutuamente. Lo
están los que cada día les roban a los pueblos para satisfacer sus egos. Lo
están todos los Presidentes de Gobiernos de todos los países del mundo, cuando
dejan de cumplir las funciones que la población les encomendó, que no es otra
que mantener o incrementar el nivel de bienestar general de sus paisanos. Lo
están todos aquellos que no se dan cuenta de que cuando crean infelicidad a su
alrededor, es imposible, que ellos mismos no se vean afectados, tarde o
temprano, de esa misma infelicidad que han provocado.
El maestro
espiritual busca la armonía de todo con todo, tiene consciencia de la
humanidad, sabe que toda ella es una, que a su vez es una con la energía
inteligente de la vida, y que por tanto, de nada sirve ni siquiera proyectar un
pensamiento negativo.
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