No podemos
seguir en manos de los inversores, porque les concedemos todo el poder a ellos.
Nuestro país no se puede permitir tener secuestrada la soberanía. No podemos
seguir viviendo por encima de nuestras posibilidades, como se viene haciendo,
endeudando el país al tiempo que se solicitan más y más ayudas a la UE.
Con todo el
dinero que nos han robado nuestros políticos, cuántas fábricas se podrían haber
instalado en España. ¿Esos son los patriotas, los que nos han estado saqueando?
Lo peor de todo, es que muchos de ellos continúan en la política, en grupos
mixtos porque fueron expulsados de sus partidos, pero reenganchados con tal de
seguir cobrando de lo público, y otros parapetados en el Senado.
Nos hacen
falta políticos honestos y honrados. Nos hace falta un proyecto de país que sea
capaz de ser autosuficiente, para evitar el endeudamiento al que me refería
antes, y para que el poder no estuviera en manos de organizaciones ajenas al
país, o de grupos de gánsteres. Lo que nos toca vivir tal como están calculadas
las cosas, es una gran mentira. Algunos se han pasado años gestando un sistema,
en el que se ha previsto la protección de los delincuentes de guante blanco,
traje y corbata. Asimismo, se ha cuidado meticulosamente el blindaje del
sistema bipartidista, el aforamiento de los políticos para sacarlos de la
justicia ordinaria, se ha previsto el nombramiento a dedo de los cargos
necesarios para facilitar el desfalco de las Instituciones. Se ha burlado e ignorado
a la ciudadanía. Todo se ha amañado en beneficio de los políticos y grupos de
poder, por eso vivimos una gran mentira, contra la que poco podemos hacer con
las leyes actuales que tratan de cerrarnos las bocas e inmovilizarnos.
El sistema
hace tiempo topaba con las fuerzas sindicales, pero también encontraron la
forma de comprarlas mediante la subvención y la concesión de privilegios. El
panorama laboral también se lo han cargado, generando una alto índice de paro,
que ha ayudado al temor por la pérdida del puesto de trabajo y a aceptar
pésimas condiciones laborales, tanto por los ridículos salarios, como por las
muchas horas que se tienen que trabajar, sin que sean abonadas por parte del
empresario. Al mismo tiempo, se ha incrementado el fraude con la Seguridad
Social y con Hacienda. Trabajadores a los que se les da de alta por algunas
horas, pero a los que se les exigen jornadas de diez y doce horas. Por otro
lado, cada día las empresas le ocultan mayores cantidades de dinero a Hacienda.
Desde que empecé a trabajar hace cuarenta años, he conocido las cajas “B” en
todas las empresas donde he estado, todas engañan a la Administración. No
podemos obviar que hay cantidad de gente sin empleo, o muy mal remunerada, que
trata de hacer algo por su cuenta para completar sus ingresos, y lo hacen en
negro.
Este es el
país que nos dejan los cuarenta años de políticas y oscuridades. No voy a decir
que nada han hecho, pues en todos los ordenes de la vida en nuestra sociedad ha
habido adelantos, mejorías y bienestar, pero, insisto, si no nos hubieran
robado como lo han hecho todos, tendríamos una España rica, saneada y en
condiciones de ofrecer trabajo a todas las personas, pero los políticos pronto
se dejaron comprar por los empresarios, y a estos no les interesa el pleno
empleo, por eso, el paro nunca descenderá como a los ciudadanos nos gustaría,
pues los empresarios se niegan a perder el poder en las negociaciones con los
trabajadores. ¡Todo es una gran mentira!
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