Imagen: abcblogs.abc.es
Sigue sin que Maduro dé su brazo a torcer, se niega a reconocer el resultado final de las elecciones, sea el que sea. ¿Por qué no hay voluntad de poner fin a este desastre que sucede casi en cada elección, y no solo en Venezuela? ¿Por qué no se deja de votar en secreto, pudiéndose publicar al día siguiente de las elecciones la lista de votantes con sus votos correspondientes? ¿No hablan todos de transparencias, pues que mayor transparencia que esa, publicar el resultado de las elecciones en los términos expresados?
Si lo traspasamos a España, comenzar por implantar una ley justa como punto de partida. En la que cada voto tenga el mismo valor, sin circunscripciones ni inventos de esos raros, y que a todos los partidos políticos les cueste el mismo número de votos alcanzar cada escaño. En segundo lugar, como dije en el párrafo anterior, que las votaciones no sean secretas, que aparezcan los DNI de los votantes y el voto contenido en su papeleta. Posteriormente, se publican en los diarios del país o en la web del Gobierno o del Ministerio que sea, para que la gente pueda verificar o reclamar, los aciertos o errores que se pudieran haber cometido.
Para facilitar las votaciones se podrían llevar a cabo con maquinas como las que hay en los centros sanitarios, esas que dan el turno conforme llegamos a las consultas de los especialistas. En las que introduces el número de tu DNI y te da el código por el que te llamarán en las pantallas habilitadas a tal efecto. Pero en el caso de las elecciones, en la misma pantalla de la máquina aparecerán los logos de los diferentes partidos que se presentan a las elecciones, solo tienes que clicar sobre el partido elegido, y la misma máquina expende un ticket con tu DNI fecha de las elecciones y partido votado. Ese es un comprobante que servirá por si en los listados existiera un error, puedas reclamar.
Si se quiere, es muy fácil hacer las cosas bien y con claridad, pero si lo que se pretende es obtener los resultados que a unos u otros interese, pues se hace todo a espaldas y fuera de la vista de los ciudadanos, como se hace ahora. Se dan unos pocos de millones de euros a una empresa semipública como es INDRA, y se obtienen presuntamente los resultados amañados que interesen, por lo general al que en ese momento tiene mayor poder. Nos engañan como a chinos, a los pobres chinos se les ha quedado este tópico injustamente, pues solo hay que ver dónde están ellos, y dónde estamos todos los demás, que nos sacan seis cuerpos en producción, tecnología, avances, inventos, poder económico, etc.
Como es tan goloso el puesto de Presidente de un país, es igualmente de difícil ponerles en la calle, hacer que suelten el sillón, parece que están pegados a los mismos. Ganan demasiado dinero y tienen un sin fin de privilegios, así que la vanidad, la soberbia y la arrogancia se les eleva hasta las nubes y un poco más allá. No son capaces de respetar, porque al fin y al cabo es eso, respetar lo que el pueblo ha elegido. En lugar de ello dan mil vueltas, buscan salidas imposibles, y por supuesto, lo que no puede faltar: el engaño, que son maestros en ello. Las elecciones siguen siendo una cloaca pestilente, porque la hacen a su imagen y semejanza.
Seguiremos...
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