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Si lo miran bien, es la vida que nos han dejado, la de estar siempre a las ordenes de los que lo organizan todo, dicen cómo se han de hacer las cosas, cuánto dinero es para ellos y cuánto para los demás, qué se hace con el dinero de todos, qué está permitido y no hacer, cuáles serán las sanciones para los que no obedezcamos, claro que se refieren a nosotros, nunca a ellos. Ellos se pueden saltar las leyes, como de hecho hacen, sin que las repercusiones vayan más allá de leves sentencias seguidas de indultos que se conceden entre ellos, siempre con la ayuda de fiscales y jueces amigos. Mi mayor preocupación, casi de cada día, es cómo revertir esta situación de explotación y esclavitud del siglo veintiuno, sé que suena un tanto exagerado, pero en el fondo es así, nos tienen a todos fichados, y cogidos por las partes sensibles. Han ideado un sistema que le concede a todos ellos muchos privilegios frente a las escasas condiciones de bienestar y el poco dinero que representa el salario de un trabajador. Digo escasas condiciones de bienestar, porque por el mismo dinero que ya nos roban desde hace décadas, con una gestión honesta, ya podríamos ser los campeones del bienestar, y del progreso, pero ellos están en otra liga diferente a la que jugamos los demás. Para callarnos la boca nos dicen que somos nosotros los que decidimos con nuestros votos, que estamos en un Estado de derecho, y que esto es una democracia. Dicen todo aquello que no lo somos o que no existe, esto sigue siendo una dictadura con disfraz de democracia, aquí se hace lo que conviene a una minoría gobernante, a su vez marioneta de la plutocracia, de los dueños del dinero.
Se han montado un sistema, mafioso y corrupto, que es como me gusta llamarle al referirme a este chiringuito por el que nos manejan, manipulan y nos saquean. Han sabido otorgarse todo el poder, y solo nos dejan la libertad de callar, pues ya ni siquiera la libertad de expresión es respetada, y cuando te manifiestas en contra de lo que hacen, ya sabes que te mandan a los polis como si fuesen sus perros adiestrados, dispuestos a morder, pero en este caso, porras en mano, listos para dar porrazos a diestro y siniestro. Esos polis que son ciudadanos como nosotros, igualmente sujetos y amordazados como los demás, con los malos servicios públicos debidos al continuo derroche de los políticos y a su corrupción, que hace que no llegue el suficiente dinero a lo que de verdad importa y para lo que es recaudado. Este sería motivo suficiente para que los polis no fueran máquinas automatizadas a las órdenes de un político o un jefe de la policía, sino para que usara la materia gris y actuara en consecuencia, o sea, si no es justo lo que se reclama y además produce una revuelta peligrosa, disuelva a los manifestantes, pero cuando la razón la lleve el ciudadano, desobedezca en conciencia y por el bien de todos, también por el suyo y el de sus familias.
Tan solo cuando la actuación de los cuerpos de seguridad fuera de ese orden, tal como he expuesto, las cosas comenzarían a inclinarse hacia otro lado. Tan solo entonces comenzaría el fin de este régimen dictatorial camuflado, se han de negar a cumplir ordenes que atenten contra personas que se manifiestan pacíficamente, contra ciudadanos que reclamen asuntos razonables, justos y de interés para la ciudadanía. Hay mucho más que decir, pero el tiempo dirá, la lucha es de cada uno, pero sabiendo que solo la unión de todos triunfará. Uno no puede echarse sobre sus hombros todo el peso del cambio, porque no lo conseguirá y acabará maltrecho. Eso sí, siempre estaré mirando hacia el lugar que mi conciencia me indique, nada me hará cambiar de opinión, pensamiento y sentimiento, al menos que yo estuviera equivocado y alguien me hiciera ver que es así, que yo no estaba en lo cierto. Estoy abierto y dispuesto a comprender lo que otros tengan que argumentar. ¡Feliz día a todos!
Seguiremos...
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