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Siguiendo con lo que escribía ayer acerca de la necesidad de unirnos para llegar a ser un contrapoder del poder establecido, algo que debemos poner en práctica para lograrlo es dejar de calificar, de poner apellido a todo lo que no nos gusta. Escuchamos demasiados calificativos: facherio, ultraderecha, ultras, ultraizquierda, comunistas, socialistas, zurdos, rojos, etc. No podemos caer en ese juego programado que solo nos conduce de nuevo al distanciamiento con el otro. EEUU en su afán de liderar al mundo, económicamente y dictatorialmente, o sea, imponiendo sus reglas, ha creado una visión fragmentada del mundo, que se ha esforzado muy mucho de llevar a la gran pantalla, los malos siempre son los rusos, los chinos, todo lo que para ellos suele a comunismo, cuando hoy todo el mundo es capitalista en mayor o menor medida.
Solo actuar colaborando o cooperando tiene sentido en el mundo actual, que ya está bastante maltrecho, al menos, las relaciones no son lo buena que debieran ser, y las que se soportan, lo hacen por intereses varios, no por convicción real de sus gobernantes. Enseguida saltan las voces acusadoras y descalificadoras contra los otros, el que acusa o descalifica, se considera a sí mismo el bueno, el que todo lo hace bien, el que está al lado de la verdad, pero todo es puro narcisismo, es pura arrogancia y soberbia, que es de lo que suelen estar sobrados los imperios dictatoriales disfrazados de demócratas. Las grandes empresas para el bien de la humanidad solo son posibles con la colaboración de unos y otros, sin distinciones, sin agresiones, sin intervenciones a destiempo o fuera de lugar, sin invadir, que es lo que he querido decir, sin imponer.
Ayer veía unos vídeos de unos moteros que habían hecho la ruta España-Dakar, y se podía ver la miseria en la que viven muchos pueblos, muchas personas a lo largo de ese recorrido: una buena parte de Marruecos, todo el Sahara o Mauritania. Sin infraestructuras, construcciones de pena, desierto por todos lados, demasiado árido para vivir, con casi ningún recurso, se percibe la pobreza, el atraso, lo rudimentario, las duras condiciones de vida que hay por esas latitudes. Yo pensaba al verlo, ¿Cómo no conmueve esto a los dirigentes de sus países, que seguro vivirán bastante mejor que se puede ver en las imágenes? ¿Por qué se deja que una parte de la humanidad viva en estas precarias condiciones? Los animales domésticos: cabras, vacas, burritos o dromedarios vagan de un lugar para otro tratando de llevarse algo a la boca, por lo general alguna basura que encuentran por las calles, son los basureros de esos poblados o pequeños núcleos de población. Esa gente solo sabe acercarse a cualquiera que está de paso para pedir. Cuando entraron a Senegal la cosa cambia un poco, hay otra infraestructura, son casas mejores, hay calles asfaltadas, hay puentes sobre los ríos, hay mercado de productos básicos bien abastecidos, hay negocios mejor montados... ¡es otra cosa! ¿Por qué el resto del mundo permite que haya tanta gente viviendo en condiciones tan infames? Solo tiene sentido colaborar y cooperar para que todos seamos ciudadanos de primera. Uno de los problemas existentes para solucionar los problemas en cada país y en el mundo en general es que los políticos, en lugar de enfocarse en esos problemas para darles soluciones, están continuamente peleando, planificando, a ver cómo consiguen más votos que los de enfrente. Su propósito es mantenerse en el poder, no tienen como objetivos solventar los problemas de la población.
Seguiremos...
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