Todo se mueve en la sociedad por dinero, la gente asume responsabilidades a cambio de dinero. A la gente le importa su situación y la de su familia, su dinero, su capacidad adquisitiva, tras de ellos cierran la puerta y se olvidan de los que están al otro lado, sean vecinos, paisanos, o medio pensionistas. Para vivir, tal como nos han enseñado, y tal como tienen el chiringuito montado, hace falta dinero, y cada vez más, porque por el mismo dinero que antes te gastabas en la tienda y te llevabas un carro de comida bien surtido, ahora llevas cuatro tetra briks, seis cervezas, un poco de fruta, algún paquete de legumbres, de arroz, un saquito de patatas, y quizás te alcance para algo de carne o pescado, pero muy poco. Te gastas más y viene el carro que da vergüenza mirarlo, es un carro enclenque y famélico. Suben y suben los precios, pero los salarios no lo hacen al mismo nivel, porque es de lo que se trata en esto de tener a la población a la quinta pregunta (Inflación). Más pobreza, mayor aceptación de trabajo en las condiciones que te lo ofrezcan, saben que hay más gente necesitada de unos ingresos para comer algo, para vivir como mejor puedan, que nunca es demasiado bien, y abusan de nosotros... ¡Es el puto dinero!
No han llegado todavía los gobernantes con corazón, falta humanidad en la gestión de gobernar, cito a esta primordial función dentro de todas las existentes, válidas e importantes, pero es que ninguna de ellas tiene capacidad de dirigir el destino de un pueblo o ciudad, como sí se le presupone a los políticos con categoría de gobernantes. Claro, que solo considero que tienen la categoría sobre el papel de su nombramiento, porque habría que hablar mucho de lo de ganarse la categoría, pues no es solo ocupar un sillón determinado en un Parlamento, en una Diputación o en un Ayuntamiento. Todos tienen capacidad de legislar, de establecer normas por las que regirnos, pero todos están vendidos al dinero, en los billetes se disuelve la poca vocación de servicio público que puedan tener. Pronto se venden, se corrompen y dejan de servir al pueblo para servirse de él y de sus dineros, que al fin y al cabo es lo que les motiva, enriquecerse con la mayor celeridad que les sea posible.
Los Estado del mundo están invadiendo a los vecinos, si no en guerra con ellos, quieren dominar al otro, quieren lo que de riqueza pudieran tener las tierras del otro, quieren imponer su voluntad a la gente del otro pueblo vecino, quieren explotar los recursos del otro, les quieren robar, en definitiva. Pero no solo es una parrafada aquí escrita, sino que lo hacen, todos tratan de hacerlo en la medida en la que pueden. Así el mundo es una debacle de relaciones interesadas, en la que unos países se dan la mano y minutos después pueden estar apuntando sus misiles contra el otro. Un mundo en el que promulgan chiringuitos para preservar el medio ambiente, al mismo tiempo que esos que lo promocionan, por intereses de sus negocios, tal vez están talando miles de hectáreas de bosque, o están reventando el suelo para conseguir materias primas, mantienen pozos petrolíferos lanzando todos los días dióxido de carbono a la atmósfera. Un mundo que permite contaminar, al mismo tiempo que hace campaña de descontaminación, a las empresas y países en vías de desarrollo, porque ellos contaminaron antes, ¿No se puede exigir y ayudar a los países en vías de desarrollo que apliquen tecnología adecuada para que todo lo que vierta esté filtrado y bien filtrado?
Todo es una gran mentira, en la que los unos y los otros se posicionan según una agenda de negocios, aunque algunos se atrevan a llamarle Agenda 2030. Se sigue repostando en alta mar y vertiendo combustibles al agua, se sigue fabricando y generando contaminación porque no se exigen los medios necesarios, para como dije antes, todo lo que salga de cualquier factoría sea inocuo al medio ambiente, por tanto, a nuestro hábitat y a los seres humanos.
Están robando, todos los que tienen el poder se lo están llevando calentito. Es así en todos los lugares del mundo, ellos sí son ricos. Mueven el dinero público como mejor les parece, las cosas pasan a costar dos o tres veces su valor real, que ya retornarán los euros y desaparecerán. Muchos empresarios cercanos al poder, se corrompen o corrompen a políticos, igual les sucede a éstos. Son bandas de forajidos, son mafias, son ladrones, son deshonestos, tienen maldad, son malas personas, y han hecho del sistema gubernamental de los países del mundo, un método de saqueo fuera del alcance de la ciudadanía, con la habilidad de saquearla a su antojo y de obligar a los ciudadanos de que corran con los gastos. El que se crea otra cosa, está soñando o harto de vino.
Seguiremos...
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