Sigue el reparto de bozales por orden de la plutocracia, ayer capturaron al dueño de Telegram, el caso es intentar secuestrar esa red social, que prohíba todo aquello que a la plutocracia interesa, y de lo que quiere que la gente no hable. Para ellos es un crimen ponerse a favor de los palestinos y en contra del genocida de Israel, o ponerse en contra de los desvíos mentales sexuales, provocadores y exhibicionistas, o bien, manifestarse en contra de la invasión que sufre Europa por parte de los inmigrantes ilegales, sin papeles, que llegan a oleadas, sin causas de peligros inminentes, sino por el gusto de llegar a España u otros países, no sabemos muy bien con qué fin de colonización religiosa e imposición de sus ideas, de sus normas, de su cultura, tradiciones o de su fe.
Estamos ante la operación de censura más descarada de los últimos tiempos, ha renacido de nuevo la inquisición, el secuestro de las ideas y de las palabras, se cierran canales de comunicación ajenos a los normales con los que manipulan masivamente a la población, se intervienen las redes sociales, se tacha de odio lo que a ellos no conviene y se sanciona extraordinariamente y abusivamente todo aquello que no desean se difunda. La libertad de expresión la han hecho trizas, ese derecho fundamental lo han hecho saltar por los aires, y los Estados de Europa van camino de ser lo que siempre fueron, dictaduras, pero ahora se han quitado las caretas, ya no les importa que les veamos, que sepamos lo que son en realidad.
Somos millones de personas, y siempre dijeron que la diversidad enriquecía las sociedades, pero han dado un paso atrás, ahora apuestan por la uniformidad y la estabulación ganadera, nos permiten los mínimos movimientos, saben que estamos llegando al hartazgo, y ante la probabilidad de una reacción desmedida o imprevista que pudiera tener la masa, que es a lo que temen, por eso hablaba días atrás de la necesidad de que nos unamos, están imponiendo sus medidas de fuerza, mostrando los dientes y poniéndonos por delante normas y leyes ocurrentes, sacadas del bolsillo, anticonstitucionales, con sanciones aberrantes y amenazas de encarcelarnos. Es por ello, que acuden a los que llevan las redes sociales y les encierran y amenazan para hacerse con el timón de dichas redes, y para que éstas secuestren nuestra opinión de las cosas que suceden en el mundo. La plutocracia solo quiere que haya una sola dirección por la que transitar, no le gusta la incertidumbre que mueve a los mercados de manera sorpresiva, quiere la línea recta que les genere los máximos beneficios, único sentido de la vida para ellos, aunque el resto de la humanidad lo pase mal, eso a ellos no les importa.
Seguiremos...
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