Imagen: www.hablacultura.com
En una sociedad mundial, donde están los que se dedican a vender humo, a manipular a todo ser viviente, a engañar cuanto pueden, a dividir y fragmentar, a robar todo lo posible, a privatizar servicios esenciales para la gente, a servirse de los ciudadanos, de su esfuerzo, de su trabajo y de su dinero; se hace imprescindible, más que nunca, la unión de todos los ciudadanos del mundo. Esto no significa que seamos todos una tabla lisa, que no podamos tener ideas y pensamientos propios... ¡estaría bueno! Por supuesto que la diversidad es riqueza, pero en lo primordial, en todo lo que nos afecte, debemos ponernos de acuerdo para luchar contra aquellos que tratan de imponer solo lo que a ellos conviene, en detrimento, muchas veces, del bienestar general y del progreso del país.
Si siguen escuchando a charlatanes de parlamentos, nunca se integrarán en el conjunto de la humanidad, se volverán devotos de unos signos, banderas y colores, y despreciarán otros signos, banderas y colores que sean distintos. No admitirán más que la ideología inculcada por unos, y lucharán cuanto puedan contra las ideas distantes o diferentes por el simple hecho de que son expuestas por los otros, es ese el error tan frecuente hoy en día. Lo inteligente sería aprovechar todo lo bueno, venga de donde venga. Una cosa es el contenido de la propuesta, y otra bien diferente y carente de valor, la procedencia de la misma. La rivalidad nos hace perder los avances o el disfrute de los cambios para bien, cambios que se pudieran producir si no nos quedáramos en el envoltorio del regalo, hay que abrirlo y acceder al regalo en sí.
El poder actual que comanda el mundo, es una minoría total conforme al conjunto de la humanidad. Es antinatura que estén ahí en lo más alto imponiendo sus normas a miles de millones de habitantes. No tienen peso suficiente para mantenerse en el tiempo, es casi surrealista, pero nos tienen sometidos y explotados de algún modo. Son los poderosos del dinero, pero aún así no debemos temerles y hay que desobedecerles. Nosotros somos la mayoría, somos una apisonadora en cuanto nos lo propongamos. Falta unión, convicción de que podemos, de que tenemos la suficiente fuerza, el suficiente peso para desplazarles a todos esos plutócratas. Ellos nos necesitan para generar sus beneficios, bien sea mediante nuestro trabajo o nuestras compras. Necesitan que sigamos engañados, secuestrados, abducidos por la desinformación y manipulación ejercida por los medios de comunicación de su propiedad.
Si los ciudadanos del mundo nos unimos no tienen nada que hacer en nuestra contra, desde ese momento se hará lo que decidamos nosotros, quitaremos y pondremos nosotros, no nos vendrá impuesto por ellos nunca más. Ellos lo saben, y todo cuanto hacen o difunden es para dividirnos, para separarnos, para enfrentarnos, por eso hay tanto donde elegir, y por eso se crean tantas variantes, ¿Por qué no existe solo un club de aspirantes políticos, en lugar de cien partidos políticos diferentes? ¿No se trata de conseguir el bienestar de los ciudadanos y el progreso del país? ¿Por qué no se unen todos los que pretenden ser políticos y lanzan continuamente propuestas para cumplir con esos dos objetivos mencionados en la cuestión anterior? Todo es demasiado sencillo, y se puede llegar a realizar de un modo eficiente y sin complicaciones, yendo al grano, sin revueltas, sin intereses ajenos a todos aquellos que afecten al bienestar de la gente y al progreso del país. En eso se debe basar todo el orden político, por eso la complejidad de los partidos, la corrupción de todos los que han gobernado, la movidas extrañas con fundaciones de dineros a los que se les pierde la pista, las comisiones incontroladas, los dineros en negro, la ocultación en paraísos fiscales, ir a elecciones dopados, manipular jueces y fiscales, nombrarlos a dedo, dar ayudas a dedo, colocar a familiares y amigos a dedo, etc., nada de eso es política, sino delincuencia. Hace falta más que nunca que todos pasemos por alto nuestros colores preferidos y hagamos piña contra la mafia imperante.
Seguiremos...
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