Hace falta poder ciudadano, que las personas decidamos, que nos consulten y que se imponga lo que decidamos nosotros. Debemos dejar de estar a las órdenes de una minoría política, incluso para aquellos que ya estén pensando: "A los políticos los ponemos nosotros con nuestros votos", yo propondría una ley que posibilitara que una recogida de firmas, en número superior al número de votos que esté habilitando al gobierno que hubiere en ese momento, legitimara para que aquello pedido y firmado por un número suficiente de ciudadanos se tuviera que llevar a cabo inmediatamente. Esa sería una democracia total y activa, que se podría actualizar continuamente en cuanto la ciudadanía discrepara con el rumbo que adquiera nuestra sociedad o nuestro país, debido a normas adoptadas por el gobierno que tuviéramos en ese momento. Los políticos han de estar a las órdenes de los ciudadanos, y no al contrario. La ciudadanía viene siendo, desde siempre, saqueada, paga la fiesta de los políticos, la malversación de éstos, toda su corrupción, y no puede impedir, con las leyes actuales, que regalen nuestros dineros como el gobierno que tengamos, quiera. La clase política no está a la altura de lo requerido, pero la ley no prevé que podamos expulsar a los políticos en cuanto no cumplan nuestras expectativas. Hay que esperar nuevas elecciones y sufrir la manipulación de resultados y una ley injusta electoral. Esta es una democracia coja y débil. La gente, engañada, solo pone la papeleta en la urna, el resto del milagro le corresponde hacerlo a los que tantos millones se llevan de lo que nosotros abonamos en forma de impuestos y demás gravámenes, sí, esos que tantos privilegios se han auto concedidos. No olvidemos que si no hay pleno empleo es por la incapacidad de los que gobiernan y han gobernado. Si la deuda pública es billonaria, vuelve a ser por la incapacidad de los mismos, de proyectar un país autosuficiente.
En esta falta de democracia, se está gobernando con los pantalones bajados, y así no se puede gobernar. Este gobierno está cediendo a todo lo que se le pone por delante con tal de perpetuarse en el poder, sobre todo, su Presidente. Ha cambiado de opinión o criterio cien veces, cientos de veces ha dicho no haría algo, e inmediatamente, en cuanto ha sentido la presión por la izquierda o la derecha, ha cedido, sin importarle que su palabra no tuviera ningún valor. Lo hace continuamente y últimamente con los independentistas, lo hace con Marruecos, lo hace con la inmigración ilegal, con la que no ejerce ningún control, ni se da a respetar ante los demás países. Debe haber un negocio con la inmigración, que ya nos enteraremos. Ahora, el gobierno, inunda las redes sociales dando lástima, solo plantea que es cuestión de acoger a 6.000 niños, pero no menciona nada de los miles de adultos que entran por toda la costa andaluza, valenciana, catalana, por los aeropuertos, pero sin control alguno, saltándose las leyes de inmigración, sin papeles, sin saber quiénes están entrando, sin certificados de salud o de buena conducta, expedidos por los órganos pertinentes de sus países de origen.
Si todavía piensas que los políticos, al menos los que conocemos por el momento, van a poner orden en nuestra sociedad y van a solucionar los problemas que nos afectan, es que sigues sin poner los pies en el suelo. La vida está transcurriendo mientras los políticos nos roban y nos hacen perder el bien más preciado que tenemos, el tiempo, que es irrepetible e irrecuperable. La política se ha convertido en uno de los negocios más rentables de nuestra sociedad. Es un negocio que se comienza sin exponer capital y con todos los gastos pagados, del que obtienen beneficios millonarios, pelotazos de los que a veces ni nos enteramos, parte de aquellos beneficios, por tanto, se reciben o generan legalmente, pero otra buena parte de un modo ilícito. Lo hacen sin miedo, pues con el control que los políticos ejercen sobre la judicatura, en esa falta de independencia de poderes y esos nombramientos a dedo de jueces y fiscales, la impunidad la tienen asegurada.
Seguiremos...
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