De entrada os confieso que soy un auténtico analfabeto de todo lo que rodea a las iglesias, templos, hermandades, y demás festejos que les rodean. Pero me ha llamado la atención llevarme todo el día de ayer escuchando a la gente hablando de ese término: de la Magna, y yo no sabía de qué iba el asunto, así que continuaba con el oído puesto e hilvanaba... parecía como una Semana Santa prematura, tal vez, inferior en tamaño, aunque el nombre se lo han puesto grande, bien grande, La Magna.
Os confieso que fue toda una sorpresa, me preguntaba: ¿Qué se han inventado ahora?, parece que van a hacer un pequeño recorrido muchas hermandades, que van a ocupar las calles, de nuevo, con asuntos religiosos, con santos, santas y vírgenes... ¿A qué viene esto?, sinceramente estoy descolocado, tendrá que ver con el puente de la Constitución y el día de la "Inmaculada Concepción", y cómo no, con el negocio del turismo, que es para lo que hemos quedado en este puñetero país, donde todavía no se enteraron los políticos, los de ahora y los anteriores, que hay que trabajar para progresar como país, no solo para decir que hemos alcanzado un gobierno de progreso, ¿De progreso en qué, en robar, en corrupción, en campeón de la deuda pública?
El caso, es como siempre, ya han salido los de la secta a hacerse dueños de las calles, salpicando de rezos y creencias a todos los ciudadanos, ¿Con qué derecho?, ¿Por qué aún no se entendió que el que quiera religión, la practique en su corazón, en la intimidad de su hogar o en los templos correspondientes? Cuando se habla en contra de la secta, la secta se ofende y azuza a sus abogados porque en su ofensa, dicen que los otros son alborotadores que hacen daño a sus sentimientos religiosos, pero con actos como estos y muchos otros que se producen en la vía pública, nunca piensan en la ofensa sobre aquellos que no tienen ninguna creencia, ellos también ofenden los sentimientos no religiosos de esas personas. Esto es el ancho del embudo para todo lo que huela a Iglesia, como ha sucedido a lo largo de la historia, siempre la Iglesia fue y es una pata del poder, aunque ya no se entiende, ni por qué hay donarles once mil millones de euros anualmente, de dinero público. Creas o no creas, pagas a la fuerza, y a este sistema de explotación poblacional, le llaman democracia. ¿Por qué no nos piden opinión a los ciudadanos si queremos seguir regalando al clero once mil millones de euros de nuestro dinero?
Con la Iglesia hemos topado y con la incompetencia de un gobierno, como los anteriores, vendidos a los ideales de otros, con tal de no ofender de cara a las urnas, que es lo que sucede de verdad, no hay otra verdad.
Seguiremos...
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