En mi opinión ser motorista no consiste en tener una moto, sino en usarla, sé de gente que tiene moto desde hace años y casi sigue estando en rodaje. Ser motorista es convertir a este fantástico artilugio en tu medio habitual y diario de transporte, con independencia de la climatología. Hay ropas para todas las inclemencias, es cuestión de adaptarse lo mejor que uno pueda y a rodar.
Aún usando la moto todos los días, o casi todos los días, hay un buen porcentaje de usuarios que no se consideran motoristas, dicen usarla por necesidad, como herramienta de desplazamiento para acudir al trabajo, o por dificultad de aparcamiento en la zona donde se ubica su centro de trabajo. He hablado con algunas de estas personas y me refieren que al margen de esa obligación, son incapaces de coger la moto, que prefieren la comodidad del coche. Es cierto que en el coche se va más seguro, más fresquito si es verano, o más calentito si es invierno, pero el motorista siente una libertad de movimientos en la conducción, una sensación de ir en su medio, vamos a decir: natural, que es indescriptible. Además, habría que referir cómo se desenvuelve en la ciudad, con los frecuentes embotellamientos, la facilidad de circular prudentemente entre el tráfico y avanzar como es imposible hacerlo con un automóvil, una furgoneta, un camión o un autobús. En este aspecto hay algo que me gustaría comentar, pues he hablado con algunas personas a las que les molesta que los motoristas, o usuarios de motos, avancemos mientras ellos tienen que permanecer parados o circulando lentamente, ocupando todos los carriles. No se paran a pensar que las dimensiones de lo que conducen no les permite avanzar, y que las motos pueden avanzar sin perjudicar en nada las posiciones que en el tráfico denso, ocupan. De hecho, en las ciudades, en casi todos los semáforos han delimitado una zona, justo delante, junto al semáforo, para que se detengan las motos. Está así señalizado, ¿Se han preguntado, cómo llegarán las motos a su posición delantera sin rebasar a los coches y sin invadir los carriles que vienen en contra del sentido de la circulación que llevemos? Para poder situarnos en la línea delantera de los semáforos tenemos que avanzar con cuidado por entre los coches detenidos, o que avanzan lentamente. Las autoridades deberían anunciar este aspecto concreto con claridad para que los demás conductores no se enojen, ¿Qué sentido tiene, de lo contrario, haber reservado esa zona para motos en la parte más cercana a los semáforos?
Por otro lado, se debería permitir a los motoristas circular lentamente por los arcenes cuando estén desocupados, solo con la misma intención, la de avanzar y no colaborar a obstaculizar más el tráfico, cuando haya embotellamientos o circulación muy lenta. Se puede fijar una velocidad máxima para hacerlo, si quieren a treinta durante el tramo que afecta el embotellamiento. Usen la cabeza, descongestionen y valoren las acciones que no perjudican a los demás, y sí benefician a otros, pues hay espacio suficiente para marchar sin representar un peligro para nadie.
Para finalizar quisiera hacer una llamada a las autoridades para que cuiden más el estado de las vías, pues sé que reparar el asfalto es costoso, pero la vida de los motoristas corre peligro en las carreteras llenas de grietas y socavones. Cualquier descuido hace que metamos la rueda y podamos terminar rodando por el asfalto y con algunos huesos rotos. Hay muchos tramos en mal estado, y no vale con anunciar que está en mal estado, o limitar la velocidad, pues los agujeros aparecen de repente en cualquier lugar del firme, obligando a giros inesperados, movimientos de cintura apresurados porque casi no te da tiempo a esquivar algunos de ellos. Al hilo de esto, voy compartir la ruta que hicimos ayer, mi amigo Antonio y yo: Salimos de Sevilla hacia Ctra. Merida, tomamos la desviación hacia Aracena, rebasamos Arroyo de la Plata y tomamos el desvío hacia La Alcornocosa. El motivo de mencionar esta ruta es para que sirva de aviso a moteros y eviten el tramo que hay en esa carretera, una vez se pasa por delante de la Finca Valquemado (Campo de tiro), pues te quedan unos quince kilómetros infernales para ir en moto. El firme parece que lo hicieron harto de vino pues es una ondulación constante, que pareciere estás subido en una lavadora centrifugando, en lugar de ir en moto. ¡Por favor eviten la carretera de La Alcornocosa a Zufre, al menos que solo quieran tener una incomoda experiencia que comentar! La ruta continuaba de Zufre a Santa Olalla de Cala, Almadén de la Plata, Castilblanco de los Arroyos, La Rinconada, y de vuelta a casa.
Seguiremos...
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