Creo que igual
que ha pasado en Andalucía podría pasar en las elecciones generales, puesto que
una parte del personal no tiene arreglo. En Andalucía se lo han llevado crudo y
la gente ha hecho oídos sordos, han dado por bueno el robo del dinero público y
los han seguido votando. Ayer paseé con un amigo, que en otros temas me ha
mostrado, siempre, una inteligencia avanzada y un conocimiento amplio, pero
ayer me sorprendió. Me preguntó sobre cómo estaba el asunto político del país y
coincidíamos en que está convulso, nada nuevo y por todos es conocido;
bipartidismo fragmentado, nuevos partidos que emergen con fuerza, incertidumbre
y mucha corrupción. La sorpresa vino cuando mi amigo comienza a relatar lo que
había pasado en Andalucía con los EREs y que inconcebiblemente había sido el
PSOE votado tan abultadamente; yo que sabía que él era votante del PP y sin
quitar importancia a ese lamentable éxito socialista, le llamo la atención a
que reflexione sobre la corrupción tan extendida del Partido Popular y comienzo
a darle caña. Directamente, le lanzo que el PP está gobernando ilegalmente
desde el comienzo puesto que creó una ilusión, en sus votantes, mediante un
programa electoral que ha incumplido completamente, y le añado que no es
posible que nos gobierne un partido que ha pagado su sede con dinero negro, que
es estar fuera de la ley y el partido del gobierno no se lo puede permitir, que
eso es defraudar y por tanto delinquir. Voy a la sorpresa, no se me ha
olvidado, pues concluye que en las anteriores votaciones votó a PP y que lo
volverá a hacer; no pude decirle más que iba a votar tan sordo y tan ciego como
lo hicieron los votantes andaluces del PSOE.
Qué nos dice
este ejemplo, que no nos duele lo que nos hacen o que, aún, no nos castigaron
lo suficiente y que a pesar de que nos roben a todos, somos capaces de seguir dándoles
nuestra confianza. Yo no entiendo nada y cada día entiendo menos, que no seamos
capaces de castigar en las urnas, con el único derecho que por el momento nos
han dejado, aunque manipulado porque como saben no todos los escaños valen el
mismo número de votos para conseguirlo, sino que depende del partido votado. Y
que nos falte amor propio, que no nos duela lo que es de todos, que permitamos
que se burlen en nuestra cara y que nos sigan robando al mismo tiempo que se
vayan impunemente, sin castigo alguno; a mi me parece de una cobardía infinita.
En la vida
diaria somos muy gallitos, nos molesta que nos estornuden, no las cogemos con
papelillos de fumar, como se suele decir, nos toleramos poco y podemos montar
un numerito por menos que canta un gallo; y en el tema político algunos se
dejan tomar el pelo, que se lo corten y que los peinen pero no a su gusto. Las
gentes somos muy complejas, esto no es nada nuevo, pero esto es como poner una
mejilla, después poner la otra y no moverse del sitio para que vuelvan, te encuentren,
y te vuelvan a dar de hostias todas las que los que vayan llegando tengan
antojo de darte.
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