Lo que voy a
escribir no es nada personal, puesto que no conozco a nadie que lo practique,
pero habría que comenzar a pensar en qué le está pasando a la gente. Llevamos
varios días viendo en televisión a muchas personas, generalmente, jóvenes,
teléfono en mano persiguiendo pokemons virtuales en los más variados lugares:
iglesias, restaurantes, museos, calles, parques, puentes, etc.
Parecen zombis,
cuyo principal objetivo es descubrir y sumar en su cuenta a un pokemon de esos
que están desperdigados por las ciudades. Cuando lo encuentran lo celebran como
si hubieran realizado la empresa de sus vidas. Pero lo que verdaderamente llama
la atención es que una compañía lance una aplicación o un juego y lo sigan, de
inmediato, millones de personas que desde ese momento no se despegan de sus
móviles y parecen vivir para ello. Es lo que mismo que sucede con los juegos on
line, que tienen hipnotizados a la mayoría de los jóvenes y a los no tan jóvenes,
que también hay muchos. Comprendo que digan que es un pasatiempo, pero es
enfermizo, pues casi todo el tiempo libre que tienen lo emplean en esos juegos,
que no le aportan nada importante para solucionar sus vidas. Más bien están
perdiendo el tiempo miserablemente, y digo esto, por la cantidad de horas que
dejan delante de las pantallas.
A este nuevo
entretenimiento o atontamiento le llaman Pokemon Go, si no me ha parecido entender
mal, y hemos podido ver a cantidad de gente por todas las ciudades del mundo,
caminando, buscando y entrando en todo tipo de lugares para cazar esos iconos
virtuales. Creo que nos están manipulando de un modo masivo, nos apartan de las
cosas que de verdad importan, nos hacen tener la mirada en banalidades y nos
hacen perder el tiempo terriblemente. Un tiempo irrecuperable, que podía
aprovecharse para aprender algo, estudiar, practicar, hacer deporte, viajar,
trabajar, relacionarse con otras personas, etc. Comprendo que debo estar
creando cantidad de gente descontenta con lo que digo, pero desde el punto de
vista de padre, se sufre bastante cuando se ven las horas tiradas ante la
pantalla del ordenador o del móvil, sencillamente, para estar jugando. A
ciertas edades, lo que se ve como más normal es tener ciertas inquietudes más
acordes con las necesidades propias de la edad. Sin embargo, observo como pasan
los años y nuestros hijos siguen con el muñequito en la pantalla, las
explosiones, la lucha… y no sé que cosas más, porque jamás he entendido, ni he
hecho ningún esfuerzo por entender esos juegos.
Insisto, lo
lamentable para mí, es la facilidad con la que imponen una moda entre la gente.
Nos venden la idea que quieren y nos hacen adictos, modificando nuestros
hábitos y condicionando nuestras vidas… esto es lo que me parece terrible. Es
como si muchos no tuvieran expectativas de ninguna clase, y estuvieran
esperando que le pongan a su alcance cualquier tontería de estas para pasarse
la vida jugando y perdiendo el tiempo. Duele y mucho ver a tu hijo o hija
pegado al ordenador o a su móvil, perdiendo la vista y embebido totalmente en
el juego. Le llamas para algo o necesitas hablar con él o ella, y siempre
cualquier acontecimiento necesario está supeditado a que él o ella hayan
terminado la partida, nunca dejan de jugar para atender el asunto que sea, por
delante está el juego, la prioridad es jugar. Se está modelando una sociedad
muy rara, ya veremos a donde nos lleva.
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