Hoy estamos
fastidiados, los daños colaterales o derivados de la acción infame de la
invasión de Irak, han golpeado a Niza. Hoy todos sufrimos el dolor que deben
estar sintiendo los familiares de las victimas del brutal atentado, perpetrado
con un camión que se lanzó contra la masa que conformaba la gente que estaba
disfrutando de los fuegos artificiales de la fiesta de la igualdad, la
fraternidad y la libertad.
Han perdido la
vida casi un centenar de personas, y han quedado heridas otro centenar, porque
un loco iracundo, sin conciencia alguna de los que es y significa la vida, sin
conciencia alguna de la humanidad, decidió subir a un camión para hacer valer
su protesta elevada al más sanguinario grado que se puede llevar, al que
representa la demencia y el más profundo lavado de cerebro. Sin restar la
responsabilidad que los genocidas: Bush, Blair y Aznar, tienen en este y en los
cientos de casos que se están dando en todas partes del mundo, gracias a esos
grupos que nacieron o se hicieron más fuerte ante la ofensiva de aquellas
tropas que no atendieron la resolución de Naciones Unidas, ni lo que dijimos la
mayoría de los ciudadanos. Ahora pagamos las consecuencias de todo aquello,
mientras los que nos metieron en todo esto disfrutan de sus retiros dorados y
millonarios, cuando deberían ser juzgados por un Tribunal Internacional, para
que les recluyan de por vida. Solo así, otros Presidentes prepotentes y dictadores,
se abstendrán de vulnerar las leyes internacionales y poner en peligro a toda
la humanidad.
En este mundo
no todo vale, no todas las bestialidades tienen cabida, ni los atentados ni el
genocidio. Nadie tiene que invadir un país ajeno al suyo, nadie tiene que jugar
con las vidas de las personas, que es lo que suelen hacer algunos cuando
desestabilizan una zona del mundo por intereses propios: recursos naturales,
venta de armas, doblegar a ese país y comprar voluntades. Ya está bien de jugar
a querer ser los Estados poderosos que dominen el mundo, a lo que tienen mucha
afición EEUU y Reino Unido. Así ha sido desde hace cientos de años a lo largo
de la historia, pues ya es hora de que paguen por ello, y se den cuenta de las
consecuencias que tienen las invasiones como la que hicieron en Afganistán,
Irak y Siria. Ya es hora de que se den cuenta de que cuando se financia a una organización
terrorista para que les haga un trabajito contra terceros que les estorban, al
final, se vuelve contra ellos. Lo que deciden tres, lo padece ahora toda la
población mundial, por eso no puede quedar impune la acción asesina de aquellos
tres que un día se inventaron lo de las armas de destrucción masiva, para
justificar la invasión y destrucción de un país. Tienen que pagar por ello,
deben estar a la sombra hasta que mueran.
Mueren
inocentes en las terrazas de los bares o cafeterías. Mueren inocentes en
hoteles y playas de zonas turísticas. Son raptados inocentes y degollados.
Mueren inocentes en los mercados y zocos populares de ciudades que acogen
turistas. Hacen explotar coches junto a autobuses que transportan policías o
turistas. Esa gente se ha cerrado al mundo y no quiere saber nada de occidente,
no quiere a ningún occidental en países del Oriente. ¡Vaya la que han liado los
del trío de las Azores! No se puede ir por el mundo, metralleta en mano, como
un puro gánster, tratando de coger lo que se quiere, mejor dicho, robando lo
que se le antoje a los que se creen con el derecho a poseer todo el poder
mundial.
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