El informe
Chilcot fue una comisión de investigación independiente sobre la participación
de Reino Unido en la invasión de Irak en 2003. La comisión fue creada en 2009
por el primer Ministro británico Gordon Brown, aunque las sesiones abiertas
concluyeron el 2 de Febrero de 2011, y su publicación, a cargo del propio
Chilcot, el 6 de Julio de 2016, hace muy pocos días.
Como la ONU
recomendaba seguir investigando la posibilidad de que hubiera armas de
destrucción masiva, y no resolvía a favor de una intervención armada,
Washington decidió por su cuenta la acción militar, y tanto Blair como Aznar
estaban dispuestos a seguirle, como así hicieron. Aznar estaba dispuesto a
seguir a EEUU, aunque Reino Unido no los apoyara. Al final, Blair y Aznar
acordaron una estrategia de comunicación para apaciguar las críticas que
recibían de sus respectivos países. Actuaron como si estuvieran haciendo todo
lo posible por evitar la guerra, y todos los mensajes iban en ese sentido, esforzándose
por decir al mundo que este sería más seguro sin las armas de destrucción
masiva, que aseguraban tenía Sadam. Las valoraciones que hacían, una y otra
vez, ante los medios de comunicación, sobre la capacidad aterradora y peligrosa
para el Planeta, que suponía Irak, la presentaron con una seguridad que no
estaba justificada. Jugaron a no negarse a entrar en guerra porque creyeron que
iban a perder influencia diplomática con EEUU.
Todos los
actores, o sea, el trío de las Azores, exageraron la amenaza que suponía Sadam
Hussein para justificar la invasión de Irak. Asimismo, todos desoyeron las
advertencias que hicieron los respectivos servicios de inteligencia, sobre las
posibles consecuencias que tendría la acción militar. Los servicios de inteligencia
siempre trabajaron sobre el principio equivocado de que Sadam tenía las armas
de destrucción masiva, sin hacer ningún intento de que no las tuviera o no
existieran.
La actuación
de las tropas sobre el terreno fue mal planificada y lenta, sin tener en cuenta
los artefactos explosivos improvisados que mataron a muchos militares. Se
critica la forma en que EEUU desmanteló el aparato de seguridad del ejército
iraquí y, visto los resultados, así como todo lo que ha sobrevenido de aquella
invasión, se califica de fracaso estrepitoso la guerra contra Irak.
De tan
brillante idea del trío surge el terrorismo yihadista, los asesinatos, la
desestabilización de la zona, la muerte de miles de personas, la destrucción de
las viviendas, de las calles y carreteras, el gran éxodo de gente que se marcha
de su país hacia zonas más seguras. Posiblemente, también resultó el embrión de
la guerra en Siria, aunque como sabemos todas estas circunstancias son
aprovechadas por los gánsteres económicos y financieros para prestar dinero,
endeudar, comprar voluntades y que las empresas americanas, principalmente,
hagan negocio con la reconstrucción, así como con la venta de armas.
Ya solo queda,
una vez comprobado que no había armas de destrucción masiva, que solo fue un
invento o pretexto para invadir Irak, que se haga justicia, que se lleve a los
actores del trío de las Azores ante la justicia Internacional, y se les de su
merecido.
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