Aún viendo las
selecciones de los diversos países que se están jugando la Eurocopa, se ven
jugadores que siguen lazando balones fuera o que no se atreven a utilizar
algunas de su piernas, ¡es incomprensible! No me entra en la cabeza, que futbolistas,
que llevan toda su vida dando patadas a un balón, porque no han hecho otra
cosa, no sean capaces de disparar entre los tres palos. Muchos de ellos tienen la
puntería fatal, es como se decía de broma: “parece que tuvieran la pierna
girada hacía un lado”. El equivalente: es que parece que la tuvieran mal
implantada en su cuerpo, pero esto es una grosería.
Y lo de no
usar las dos piernas, debería haber sido un handicap para haber ascendido al
nivel que le han brindado. No es posible que estemos hablando de los supuestos
mejores jugadores del mundo, y no sepan jugar con las dos piernas; esa debería
haber sido una exigencia para subir al más alto peldaño del escalafón futbolístico.
Es ridículo ver a uno de esos jugadores diestros cerrados o zurdos cerrados,
que tienen una magnifica oportunidad para chutar con su “pierna menos buena”,
como los justifican la prensa, y pierden la ocasión, porque tienen que hacer un
giro imposible hacia el lado de su pierna válida, y retrasan tanto el tiro, que
le quitan el balón.
No digamos
tirando penaltis, hace un par de días pudimos ver el desenlace del partido
entre Alemania e Italia, que se resolvió con lanzamientos desde los once
metros, y cada jugador era peor que el jugador del equipo contrario. Parecía
que nunca se iba a terminar el partido, o lo que es lo mismo, que ninguno de
ellos iba a ganar el partido. Fallaron y fallaron, tanto unos como otros, se
adelantaron los alemanes unas veces y desperdiciaban la ventaja; igual les
sucedió a los italianos. ¿Cuál era menos malo?, esta fue la clave para que uno
de los dos equipos se alzase con la victoria. O sea, no ganó el mejor, sino el
menos malo de los dos, que aún así, fue muy malo.
¿Y qué decir
de la preparación física de los jugadores? Todos temen llegar a las prórrogas,
los jugadores se tienen que lanzar a la hierba para que les estiren las
piernas; se les suben los gemelos, sufren calambres, se rompen, se ven agotados
y algunos no pueden ni con las calzonas. Tan solo tenemos que ver lo que ha
hecho la selección española, que hizo dos partidos bastante buenos, conforme a
la calidad que el resto de equipos dejaban entrever. Todos apostábamos que
nuestra selección estaría en la final, comparando el juego de la roja con
respecto a los demás, pero se desinfló. O se fueron a festejar los dos triunfos
anteriores, o llegaron las familias y se desmadraron con las mujeres y novias,
o váyase usted a saber qué ocurrió, el caso es que vimos, desde ese momento una
España desdibujada, estática, agotada, que ya no jugaba al fútbol. Seguramente,
las parejas de los jugadores les metieron presión: “¿Esto cuando se termina,
los niños ya no tienen colegio y tenemos que irnos de vacaciones?”. Como
finalizaba Junio, se pondrían de acuerdo para comenzar sus vacaciones a primero
de Julio, lo que les imposibilitaba seguir en la competición, y decidieron
poner fin a las carreras detrás del balón; total, el suplemento material para
irse de vacaciones ya se lo habían ganado por haber ido a la selección.
Lo peor de
todo son las esperanzas rotas de los aficionados que esperaban mucho más de
esta gente, que son los bien pagados… y ya saben, los mejores del país no son
los que no saben jugar con las dos piernas, los que no saben lanzar penaltis ni
tirar entre los tres palos y, tampoco, son los que no tienen una buena
preparación física. Espero que el próximo seleccionador lo tenga en cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario