No entiendo
las políticas económicas de la UE cuando impone recortes a España de ocho mil
millones, más una sanción de otros dos mil millones. Sanción que queda
camuflada con los recortes a hacer en la próxima legislatura, donde el Gobierno
que entre tendrá que recortar por diez mil millones de euros. Cuando la UE
impone estas medidas con la sola preocupación de que se aminoren gastos, no
está teniendo en cuenta el estado en el que se pueda encontrar la población
española, ni las repercusiones negativas que dichos recortes pueda tener en el
buen funcionamiento de los servicios públicos, educativos, sanitarios, etc.,
tan necesarios para el bienestar de los españoles.
Por qué no
atienden al número de parados y nos sancionan con industrializarnos más. Por
qué no nos dan dineros para industrias, eso no lo hacen, porque ya fue un
requisito imprescindible para entrar en Europa: “recortar nuestra industria,
nuestro progreso”, dejar de ser una competencia industrial, por ejemplo, para
Alemania. Solo quieren conseguir un cuadre contable, números sobre una ficha,
sobre un papel, pero nada en contacto con la realidad que vivimos. Con los
recortes viene mayor pobreza, más deudas, peores trabajos, menores salarios,
consumo más restringido, menores venta y por tanto paralización industrial,
puesto que se vende menos; un panorama nada alentador de seguir por esta senda
de austeridad.
O bien,
dejamos de ser españoles, alemanes, franceses, italianos, portugueses, griegos,
etc., y somos todos europeos, con políticas y leyes comunes e iguales para
todos, en todos los terrenos; o bien, que cada uno tire por su lado, pues al
fin y al cabo, somos una alianza de intereses, donde cada país tiene su propia
forma de estar en la Unión, unos se valen de otros, generalmente los más ricos
de los más pobres, y esto nos lleva al Brexit de los británicos. Porque estar
integrados en la Unión, para que te digan lo que tienes que hacer, cómo y
cuándo, y que la soberanía de la Unión esté por encima de nuestras leyes y, por
tanto, del pueblo español, no resulta nada grato.
Para acentuar
la sanción, Europa nos va a dejar sin Fondos Estructurales, o sea, paralizan
nuestra marcha para poder ponernos al mismo nivel que otros países más
desarrollados o ricos. Pues, en cierto modo, esos fondos tienen como misión la
cohesión y la redistribución de la riqueza entre los Estados miembros, y esta
amenaza de la UE es un frenazo a nuestro crecimiento, caso de que se emplearan
adecuadamente los dineros que nos lleguen, ¡esa es otra!, porque ya sabemos
como dilapidan el dinero por estas latitudes. Si los políticos españoles
tuvieran la intención de conseguir el pleno empleo, con los años que llevamos
recibiendo dinero de Europa, ya nos hubiéramos industrializado lo suficiente
como para que todas las personas en edad y condiciones para trabajar, estuviéramos
sintiéndonos útiles.
No creo en una
UE de ricos y pobres, de prepotentes y sometidos, en una UE que no unifica
leyes económicas, laborales, sociales, tributarias, etc., esa sería la
verdadera unidad, ser iguales, tener las mismas probabilidades de éxito
laboral, las mismas obligaciones, los mismos salarios, un mismo sistema
educativo y sanitario, las mismas pensiones, en conclusión, el mismo bienestar
para todos los ciudadanos europeos. Si piensan que esto es un sueño, pues es
posible que así sea, pero lo que se pone de manifiesto es que la Unión, no es tal,
no es unión, sino un convenio de fuerzas que aparentan estar unidas, pero que
cada país utiliza para poder obtener lo que más le interesa de esta falsedad,
incluidos nosotros.
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