Sobre lo que
voy a escribir, ya lo he hecho en otra ocasión, pero es irremediable hacerlo
ante la torpeza y la tomadura de pelo de la legislación española y de los
políticos españoles. Tomadura de pelo, como es lógico, hacia la ciudadanía,
pues cualquier vuelta de las que están dando los políticos, tratando de pactar
los unos con los otros no es más que una falta de respeto a lo que la gente ha
votado. De las votaciones han salido elegidos 350 diputados, que son los que
conforman la cámara, pues a partir de ese momento a gobernar y no a perder más
el tiempo, como están haciendo.
Al día
siguiente a las elecciones, programas de todos los grupos con representación en
el Parlamento sobre la mesa, los puntos semejantes, que van a lo mismo, se
concreta en su contenido por votación de los 350 diputados, y los puntos
diferentes de cada programa, igualmente, se someten a votación de los 350. Con
lo cual, se desprenderá un programa único, que habrá salido de las propuestas
de los diferentes programas de los grupos representados en el Parlamento. Ahora
solo queda nombrar al Presidente, que sería lo de menos, puesto que se tiene
que abstener al programa logrado entre todos, así que casi se podría echar a
suerte o incluso hacerlo de un modo rotativo y que cada seis meses fuera
Presidente un representante de cada partido elegido por el pueblo.
Como ven hay
salida sin alterar lo dicho por la ciudadanía, pero la ley es torpe y torticera,
debiéndose a intereses de poder, por eso todos buscan la mayoría absoluta. Quieren
ordenar y mandar, unos con más nobles miras que otros, pero con el juego que se
traen todos entre manos, lo que hacen es mantenerse, cobrar por los resultados
obtenidos en las elecciones y mucho ruido. Mucha crítica de unos contra otros y
muchas horas de emisión radiofónica y televisiva acerca del rumiante tema de
los romances políticos. Este acuerda con aquel en secreto no sé que cosa, todos
vaticinan lo que va a ocurrir, y así tienen a la gente entretenida. ¡No hay
derecho!, y además, todo esto nos cuesta un pastón a todos nosotros.
Se pueden
hacer cosas diferentes cuando hay voluntad de hacerlas, pero claro está, si se
mantienen como bestias sujetas al mecanismo de la noria, pues tan solo dan
vueltas sin preguntarse si pueden hacer algo diferente. La ley es la que es,
pero si como vemos no sirve, hay que cambiarla, y ahora dirán que no se puede
porque no hay Gobierno, y cuando lo hay porque no les convienen. Con esta
gente, que no alcanza el nivel mínimo de sensatez, no vamos a ningún lado. Esto
lo debemos de saber ya, pocas esperanzas podemos tener en una gente tan
cerrada, tan rígida y con tan poca disposición al dialogo y al respeto por lo
que dice la ciudadanía en las urnas. Yo estoy desencantado por ese inmovilismo,
por la falta de inteligencia, por esa lucha de poder y por la cantidad de
chorizos que tenemos a sueldo. ¡Vaya la legislatura pasada! No sé si habrán
dejado, al menos, las franjas rojas y amarillas de la bandera de España, o se
la habrán llevado también. No he visto a unos políticos más desvergonzados que
los trajeados del PP, en especial de este partido, aunque ha habido casos puntuales
como el de las tarjetas black, en el pringaron todos los que se servían de Caja
Madrid, que eran representantes de casi todos los partidos políticos españoles.
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