En paz
conmigo, en paz con los demás. Soy más yo, hago lo que quiero y debo hacer. Es
normal que todos no puedan estar de acuerdo. Cada persona tiene su interpretación
de los hechos y de la vida, ¡somos tantos!
Siento amor y
tranquilidad, acepto lo que hay aunque no me conformo, creo que se puede hacer
mejor. La queja no ayuda, la palabra no realiza lo que la acción ha de
culminar. Hay mucha magia y mucho conocimiento, que por el momento, no se nos
revela. Aprendes cosas que llegan cuando tienen que llegar, porque ya estás
preparado para ello. Arriesgas porque algo en ti te dice que te muevas, que te
desenclaves y pierdas el miedo.
Hay cosas
incomprensibles para ti porque nunca las has hecho, lo que no significa que no
se puedan realizar, o que sean tan terribles como presientes que pueden ser. No
puedes negar algo que ni siquiera has experimentado, hablar puedes hacerlo,
quién te privará de ello, ¡nadie!, es tu libertad. Esto es lo que viene
ocurriendo, que todos hablamos de todo sin saber, porque hablar parece gratis,
que no lo es porque quedas prisionero/a de tus palabras.
Si no eres
valiente, no conocerás tus límites, no sabrás quien eres y te creerás estar en
peligro cuando aún te queda mucho margen de acción. A veces, hay que confiar en
alguien, en tu intuición, en ese no sé qué es, pero que parece hablarte dentro,
haciéndote comprender que ahí hay algo interesante y probable.
Si tú te
sientes bien, yo también me siento bien, igual el otro y el otro… entonces toda
la humanidad se siente bien, aunque este principio elemental haya quien no lo
entienda. Cada vuelta me trae de nuevo al comienzo, por donde todo empieza: la
energía de vida, la inteligencia de la misma y el amor inherente. Es ahí lo que
somos, donde comienza todo, el tesoro que no deberíamos perder de vista, porque
él genera valores para la relación social. Si no se cultiva el interior hay
carencias de valores, se muestra falta de educación y las cosas empeoran en la
relaciones, porque se antepone el egoísmo de cada uno; se pierde de vista al
conjunto, al colectivo, a la humanidad.
Capta el
momento, es lo que me digo últimamente, es la forma de estar presente y vivir
lo que se esté dando. Me lo digo a mí: “capta este instante”, entonces me sitúo
en el aquí y ahora, es cuanto me puede aproximar al presente. Es un ejercicio
de atención absoluta al tiempo de ahora: ves, sientes, haces; todo sucede en
este instante, el que estás capturando, te sitúas en él. Es la meditación en el
hacer, una meditación dinámica.
Tan solo hace
falta que otros muchos se permitan sentir, se dejen tocar por los rayos del
sol, por el viento y las energías cósmicas, para ser transformados. Muchos
hablan de que estamos viviendo momentos especiales, que nos ayudan a cambiar en
seres más conscientes, y yo espero y deseo que así sea por el bien de la
humanidad.
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