Quería hacer
una crítica sobre dos noticias que vienen difundiendo los medios de
comunicación en los últimos días. Una de ellas es sobre la campaña realizada
por el Barcelona Club de Fútbol para arropar a su jugador Leo Messi, haciendo
uso de las redes lanzando el hashtag: #TodosSomosLeoMessi. Y la segunda noticia
que me chirria es la defensa de la mujer en las fiestas de San Fermines de
Pamplona, sin atacar, por supuesto, a las chicas de las que han abusado o han
sido agredidas sexualmente.
Con respecto a
la primera noticia, hay que dejarle bien claro a la entidad futbolística, que
una cosa es el deporte y, otra bien distinta, el comportamiento insolidario,
antisocial y delictivo de las personas. Ser millonario porque se le sabe dar al
balón acertadamente, no da derecho alguno para delinquir como ha hecho el Sr.
Messi, a quien debiera, como a muchos otros delincuentes de este país, haberle caído
todo el peso de la ley, y no solo este simulacro de sanción administrativa,
porque la penal es de risa. Así no se pone fin a que los desarmados anden por
ahí marcando tendencia y dando malos ejemplos a otros. Un Club serio no puede
lanzar el hashtag #TodosSomosLeoMessi, sencillamente, porque es una gran
mentira. La ciudadanía es decente aunque haya ciertos golfos como el que nos
ocupa, que ha sido sancionado con 21 meses de cárcel (para que no tenga que
pisarla), por haber defraudado 4,1 millones de euros a Hacienda; habiendo
entrado en la cárcel hace un mes un chaval por robar una bicicleta, ¡a dónde
vamos a llegar con la interpretación de las leyes!
La anormalidad
la ha puesto el presidente del Club, Josep Maria Bartomeu, cuando dijo: “Quien
te ataca a ti, ataca al Barça y a su historia”; o el otro tonto, el portavoz
del Club, Josep Vives, quien dijo: “En defensa de tu honorabilidad hasta donde
haga falta”. Esto último es menos preocupante, porque por el caso Pujol, ya
sabemos donde ponen el listón de la honorabilidad algunos catalanes.
La respuesta a
todo esto en las redes, a la que también me uno, ha sido un hashtag lanzado
masivamente: #YoNoSoyLeoMessi.
Y ahora voy a
la peliaguda segunda noticia que ya comienza a hacer un poco de sangre, y que
conste que no me refiero de ninguna manera a las chicas agredidas o violadas
sexualmente, vaya esto por delante. Lo que no se está midiendo con el mismo
rasero es la libertad de expresión o de acción cuando la ejecuta una chica o un
chico. Todos hemos podido ver algunas chicas, subidas a hombros, para que se
les vean bien, que se han levantado la camiseta y que parecían gozar de estar
mostrando sus pechos. A mí como hombre me agrada, me alegra la vista, es
normal, no lo recrimino, pero entiendo que provoca a los chicos que están cerca
y lanzan la mano para tocar. No se puede solo criminalizar a los chicos que no
reprimen su deseo sexual, cuando la chica tampoco lo ha hecho, y cuando es ella
la que está provocando. Con la ley en la mano, es posible que la chica esté
incurriendo en una falta porque el centro de la ciudad o unas fiestas no es una
playa nudista. Creo que el centro de la ciudad no es el lugar propicio para
exhibirse, ¿no creen ustedes?, por supuesto, tampoco nadie debe tocar a nadie
sin su consentimiento, pero primero hay que atajar el desnudo de la chica, y
después se verá si se produce, o no, el
tocamiento.
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