Todo lo que
voy a decir lo siento mucho por los casi ocho millones de votantes que el
pasado 26 J, apoyaron al partido marrullero que gobierna en funciones. Sé que
me voy a calentar porque ya está bien de que cada día surja una nueva jugada
sucia, por el momento me voy a ir conteniendo. Esta mañana he oído en la radio
una noticia acerca de dineros destinados a la cooperación y el desarrollo, que
ha movido a su antojo el Ministerio de exteriores concediéndolos a fondos
constituidos en paraísos fiscales, como las Islas Caimán, y gestionados por
empresas pantallas radicadas en Panamá o en República de Mauricio; porque han
sido varios prestamos movidos de este modo mafioso, en lugar de ir a la ayuda
contra la pobreza y la cooperación.
Ha añadido el
Tribunal de cuenta que no hay ningún control sobre el uso que se da a los
fondos de promoción para la ayuda al desarrollo. No hay seguridad ninguna de
que los dineros hayan sido empleados para el propósito para el que son
concedidos. Por tanto, nos encontramos, de nuevo, ante otro oasis que queda
lejos de la tributación y de los márgenes de la legalidad y el control, que
quien sabe para que se mueven los dineros por esas latitudes, quiénes se
benefician de ellos y, si posiblemente, se dan la vuelta sirviendo para
financiar ilegalmente al partido que gobierna.
Todo lo que
viene sucediendo en España, donde el órgano de máxima representación del pueblo
español, como debería ser su Gobierno, viene demostrando que está inundado de
gente corrupta, que hacen mil y una piruetas para mover los dineros fuera de la legalidad y
autofinanciarse, sacando una ventaja sobre el resto de partidos, tratando de
conseguir las campañas más grandes y, por tanto, lograr mayor número de votos
que sus adversarios políticos, ¡Es muy feo todo esto!; y que se les quite a los
que más lo necesitan, incumpliendo los acuerdos internacionales con los pueblos
más pobres, haciendo como que se les dan esos fondos destinados a paliar el
hambre y guardándolo en paraísos fiscales, ¡es inhumano! Propio de gente
delincuente, peligrosa, insensible, y no merecedora de seguir en el gobierno ni
un minuto más.
Yo lo dije
antes de las últimas elecciones, el PP ha dado motivos corruptos suficientes
como para haber sido tachado de partido ilegal y no merecedor de haber tomado
parte en las pasadas o futuras elecciones. Lo siento por los casi ocho millones
de votantes, pero lo que ha hecho el PP en estos cuatro últimos años de
gobierno, no tiene nombre y, tampoco, apellidos. Los dineros que esa organización
criminal (así fue calificado el partido del PP por algunos jueces) ha robado al
pueblo español, ha sido el mayor desastre de saqueo de las arcas públicas de la
historia de la democracia española. Como español, me siento estafado por estos
señores de la gaviota, por su comportamiento infame e indecente, y estoy de
acuerdo con Pedro Sánchez cuando le dijo a Rajoy que no era una persona decente.
Comprendo que posteriormente, por presiones varias, tuviera que rectificar,
pero Rajoy como cabeza visible y alto cargo de su Partido, el Presidente,
tendría que haber dimitido ya hace muchos años, por inepto (por no haber visto
nada y por no haberse enterado de nada). Se les debería dar la oportunidad, a
los que supuestamente están limpios dentro del PP, de fundar un nuevo partido,
pero el resto que ha estado pringado se les debe prohibir de por vida ostentar
un cargo público o trabajar en la Administración. No vale tampoco echarles del
partido y que se sienten en el grupo mixto. Los chorizos no pueden seguir en el
Congreso, no pueden seguir cobrando del dinero de todos los españoles, y los
que quieran seguir en la vida pública, deberían abandonar el silencio y
demostrar que lo más importante de la función pública es velar por los
intereses de la ciudadanía española; tienen que denunciar a los corruptos. No
basta con decir de cuando en cuando: “el que la hace que la pague”. Esto queda
muy bien ante las cámaras pero deja al zorro dentro del gallinero. El PP
necesita una regeneración de tomo y lomo, valga esta expresión coloquial, o
bien, ha de desaparecer, pues a pesar de que sus fieles le hayan votado, no
tienen credibilidad ninguna, ni los españoles nos merecemos ser saqueados un
día sí y otro también.
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