Como cabía
esperar, no tendría que pasar mucho tiempo para que este sistema injusto y
dictatorial, actuara en contra, otra vez más, de la ciudadanía y a favor, otra
vez más, de los bancos. Hemos conocido que el abogado general de la Unión
Europea se opone a que los bancos abonen, a sus clientes, los importes cobrados
ilegalmente en concepto de cláusula suelo. Cualquier mequetrefe, empleado de
los ciudadanos, hace la interpretación que le imponen los bancos y no la que
corresponde según lo sentenciado por el Tribunal Supremo español en 2013, que
declaró que cobrar cláusulas suelo era una práctica abusiva. El asunto pasará
ahora al Tribunal europeo, que tendrá que sentenciar antes de final de año.
Si los dineros
se han cobrado ilegalmente, como una práctica abusiva, es incomprensible que no
sea devuelto íntegramente a los clientes de los bancos. Evidentemente, esto se
convierte en una nueva estafa, de quedar tal como quiere el abogado general de
la UE. Vamos acumulando estafas: la del falseamiento de la contabilidad de
Bankia para salir a bolsa, la de las preferentes, la de las primas, sueldos y
jubilaciones de altos cargos de la banca, la doctrina Botín (ayuda que Botín
recibió de la “justicia y los políticos”, para que aquél pudiera estafar a
Hacienda; y ahora la limitación en el tiempo para que los bancos se reembolsen
unas cantidades ilegales de sus clientes. ¿Qué será lo próximo?... mucho tiempo
no ha de pasar para que nos enteremos.
Los ciudadanos
no podemos ni debemos seguir a merced de sinvergüenzas y desaprensivos. Ningún
empleado público puede hacer una mala interpretación de la ley a propósito,
porque estaría incurriendo en un delito: prevaricación. La ciudadanía no puede
conformarse con la flaca acción que nos han endosado como la carta magna de la
democracia: ir a votar. La intervención de los ciudadanos y ciudadanas de este
país en los términos que nos afectan, ha de ser mucho más directa y constante,
no cada cuatro años. La ciudadanía debe tomar conciencia y debe caminar junta
para exigir el final de esta pesadilla, y todos aquellos políticos que no
trabajen en la línea marcada por la ciudadanía debe cesar en el cargo de
inmediato, ¿cómo se hace esto?, no lo sé en estos momentos, pero ahí tenemos un
motivo para darle vueltas a la “olla”. Hay que exigir a los políticos que
articulen formas precisas y efectivas para que la ciudadanía mande en cualquier
momento o minuto de cualquier legislatura y, sobretodo, para que las exigencias
de la gente se atiendan prioritariamente, de lo contrario, los políticos nos
estarán estafando. Tomemos conciencia de esto, que es el único signo de que el
poder vuelve a la gente, que es donde debe residir, no entre las cuatro paredes
de la Moncloa, en la sede de Génova o Ferraz.
Digamos que número
de firmantes ha de tener una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), para tenga
que ser atendida urgentemente en el siguiente Pleno que se celebre en el
Congreso. Digamos que las peticiones de la ciudadanía tengan que ser aplicadas,
independientemente del Gobierno que tengamos en el momento, sea de mayoría
absoluta, minoritaria, en conjunto, mixto o como fuere. Digamos el plazo máximo
para que sean efectivas en nuestra legislación y en su aplicación real, tras
ser expuestas o presentadas en el Pleno. No podemos dejar asuntos tan
importantes para lograr una sociedad a imagen y semejanza de la ciudadanía, en
manos de unos políticos mantenidos por nosotros, pero que siguen haciendo lo
que les vienen en ganas o les impongan los bancos.
Hagamos las
leyes entre nosotros, los políticos que queden para tratar de conseguir lo que la ciudadanía pretenda. Impongamos las
condiciones de trabajo para los cargos públicos, hay que poner fin a que ellos
digan: cuánto van a ganar, cómo se van comisionar, qué dietas van a cobrar,
etc., y si no les interesan las condiciones que sigan en la empresa privada o
en sus despachos; donde dicen todos que estarían ganando mucho más, ¿por qué no
se quedaron allí, y vinieron muchos de ustedes a robarnos?
Habría que
buscar la forma de sacar a esta gente de las Instituciones, pero ya. Tenemos
que hacernos con los mandos del sistema, o el sistema nos devorará a nosotros,
¡tengámoslo en cuenta!
Autoridades
somos nosotros, ya está bien de que se otorguen ser el centro de la sociedad
española o europea. Hay que actuar sin miedo. Debemos ir a por lo que es
nuestro. Lo pagamos nosotros y no tenemos que pagar ni un mes más a gente que
gobierna o dicta normas en nuestra contra. Dejemos que se marchen, ya vendrán
otros, los ineptos que hemos conocido no son imprescindibles en absoluto.
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