Sigo sin comprender que haya
personas en riesgo de perder sus vidas por muy diferentes causas, sin que los
gobiernos muevan ficha. Sigo sin digerir que exista esa dualidad constituida
por los muy ricos y por los que no tienen nada. Hay personas viviendo en
residencias de lujo, con todos sus servicios del más alto nivel; y hay millones
de personas cobijadas en chozas o cabañas que cualquier viento las puede dejar
caer, sin agua, sin alcantarillado, sin camas decentes, sin ropas adecuadas,
sin comida suficiente, a veces, ni eso.
En el mundo hay demasiados
núcleos de población hacinados en campamentos provisionales, que se perpetúan
en el tiempo porque nadie se interesa por la gente que lo ocupan. Hay millones
de personas que han tenido que abandonar su tierra de origen porque, abiertamente,
no hay vida… no se puede vivir sin estar constantemente en peligro de muerte.
Hay millones de personas muriendo porque los avances médicos o las medicinas
necesarias para combatir enfermedades, a veces, erradicadas en el mundo
occidental, primer mundo o mundo moderno, como quieran llamarle… ¡qué más da!;
no están a su alcance.
Hay miles de personas a las que
no les importa generar situaciones de conflicto bélico, económico, social,
laboral, etc., que azoten como epidemias a las poblaciones más pobres. Hay
mucha gente deshumanizada viviendo solo para hacer sus negocios, no teniendo
cabeza para otra cosa que no sean sus transacciones y los beneficios que les
produzcan. ¿Han visto en estos días de gira del Presidente de los EEUU?, ¿a qué
vienen esos tirones de brazos que Trump suele exhibir cuando estrecha la mano a
alguien?, ¿y esa cara o esos gestos de prepotencia, como el empujón que le
propicia a un individuo del FMI, qué significan? No me gustan los líderes de
los países poderosos… van de sobrados y tienen el punto de mira puesto en lo
que no es importante para el bien de la humanidad. Seguramente, muchos líderes
de países pobres tampoco me gusten, pues muy probablemente ellos vivan como
reyes, tal vez lo sean, y su pueblo esté muerto de hambre… esto también es
habitual.
Hay potencia armamentística,
fíjense en el colgado norcoreano lanzando día sí, día no, un misil balístico dirigido,
que costará algunos millones de dólares. EEUU, Rusia y Francia bombardeando
continuamente a Siria. Al mismo tiempo hay un engranaje industrial-empresarial
mundial muy potente, moviendo cifras de dinero que no sabría escribir de lo
abultada que deben ser. Por otro lado, millones de kilómetros cuadrados de
tierras que podrían generar alimentos para que nadie, en el Planeta, sufriera
hambre. ¿Dónde están los sentimientos de solidaridad y generosidad?, ¿por qué
vamos tras el coche de lujo o con full equip, a por la mansión o el palacete de
veinte habitaciones y dieciséis baños, a por el yate con más eslora del puerto
deportivo, etc.? Primero el hombre se debe salvar del hombre, de los ataques de
este. Posteriormente, ha de sanar de la enfermedad llamada egoísmo en grado
sumo. Por último, tiene que llegar a comprender que es parte de un todo llamado
humanidad, y tiene que llegar a sentirla para llegar a ser realmente feliz.
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