Llámame aburrido si quieres, no
vi ni un nazareno, y con la feria voy por el mismo camino; creo que no veré ni
una caseta de feria. Ya sé, es la feria de Abril de Sevilla, ¿y qué?, las válvulas
de escapes son para las poblaciones que se dejan engañar, desde mi punto de
vista y dicho con todo el respeto. Hay momentos en los que los dineros hay que
destinarlos a asuntos más prioritarios, como se hace en las casas, y no se
pueden enterrar en algo que durará una semana, y va a pasar. En unos días no
quedará nada de todo esto, pero sí un desembolso que se podría haber evitado. Mientras
los gobiernos: central, autonómicos o municipales, sean incapaces de hacer que
el cien por cien de la población pueda vivir dignamente, con unos ingresos
mínimos suficientes para cubrir los gastos básicos de una familia, al menos,
comer, vestir, calzar y los gastos propios de la vivienda: la vivienda en sí,
agua, luz, gas y teléfono; no se debería permitir gastos superfluos, y esto se
debe hacer entender a la gente, se debe explicar, se debe concienciar.
¿Quién es el guapo que le dice a
las familias mejor situadas, que no se pierden ninguna manifestación folclórica
y tradicional, que este año no van a tener ese escaparate de vanidad?, ¿Cómo se
van a privar algunos de mostrarse en público, de hacer ruido y fanfarronear?
Hay gente así, en todas las casetas las hay, a veces, aparentando lo que no se
pueden permitir, y en algunas casetas se nota cuando llega el final de la feria
y tienen que tirar de la chequera… cuesta cobrarle a algunos. Mientras se tira
de tickets todo ha ido bien, pero cuando llega la hora de abonar lo consumido
durante la feria… llega el drama. Los adinerados serían los que menos tendrían
que protestar si se tomara una medida de emergencia que afectara a la
celebración de la feria, pues ellos pueden montar su miniferia y celebrar
cuanto se les antoje en el salón de cualquier restaurante. Pero, claro, es un
espacio reducido, no tienen la visibilidad que necesitan.
Las autoridades se preocupan más
de lograr que los organismos pertinentes declaren un festejo, fiesta nacional o
patrimonio de la humanidad, y cosas así, que celebrar que todos los ciudadanos tengan
empleo, ingresos y una vida digna. Esto pasa a la cola de los asuntos
prioritarios de los políticos, muchos de ellos dicen que no es un tema de su
competencia, y el que tiene las competencias se distrae gastando nuestro dinero
en otros asuntos que les renten más… como ya sabemos, de donde puedan trincar:
3%, 5%, comisiones, sobreprecios, empresas en Panamá, offshore, pantallas,
blanqueo de dinero, paraísos fiscales, fraude, malversación, perteneciendo a
una organización criminal para delinquir, etc.; lamentablemente están en otra
cosa… ¿esa gente es la que nos representa?... ¡valiente chusma! Últimamente,
todos los términos que acabo de emplear nos suena demasiado, y los culpables
principales son sus autores, los autores de los delitos, generalmente,
políticos, empresarios y banqueros, que componen un clan de transacciones oscuras,
para que entre unos y otros se repartan nuestros dineros. De esa forma, da para
callar la boca a la gente con las fiestas como esta feria, pero no alcanza para
paliar los verdaderos problemas de la sociedad… además, no hay voluntad
política por solucionarlos. ¡Así estamos!
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