Al Sr. Rajoy qué poco le gusta dar
la cara por los asuntos de su partido, de nuevo ha pasado a versión plasma.
Hace una semana dijo que iría a la Audiencia Nacional a testificar y lo que
hiciera falta, pero su temor a ser interrogado, más su inseguridad a ir a pecho
descubierto, le han hecho adoptar, otra vez, lo que es más cómodo para él… el
plasma.
¿Hasta cuándo va a estar este
señor escondiéndose y haciéndose pasar por alguien que no sabe nada de lo que
ocurre en su partido? Todos los que llevan media vida laboral, si no toda su
vida en el partido, conocen todas las tramas o estrategias, tretas, etc.,
organizadas por el partido para obtener mayor ventaja que los demás y más
dinero. Me extraña que cada uno de los delincuentes que están siendo cazados,
sean células independientes, por usar un término aplicado a los terroristas;
después de todo, ambos son dañinos para la sociedad y sus actos nos repercuten
a todos.
Yo comprendo que desmontar el
tinglado que te da de comer es un acto de valentía, que nadie que no ame a su
país y a su gente sobre todas las cosas, se lo pueda permitir. Por tanto,
hablamos de cobardía del Presidente, que conociendo todos los entresijos le
falta bemoles para denunciar aquello que es pura delincuencia. Una delincuencia
que hace mucho mal al país, a su imagen y a toda la ciudadanía. Ese silencio
envuelto de tanta mentira y complots, dice mucho de cuan podrido está el fondo
de las Instituciones empezando por el propio partido que gobierna. Lo más
honesto es hablar, pero cuando se sabe que uno está inmerso en la porquería, lo
más honrado es poner fin y marcharse, por el bien de España y de los españoles
y españolas.
Los del PP han sido los que han
llevado durante años las pulseritas con la bandera de España. Son los que se
han sentido más patriotas que nadie… los más españoles, ¿para qué, para
convertirse en una banda criminal organizada para delinquir y hacer daño a España
y a la ciudadanía española? Me imagino que con la que tienen montada y lo que
está lloviendo, las pulseritas las habrán dejado en casa… es lo mejor que
pueden hacer. Algunos les llaman mafia y no se han equivocado mucho; nos han
engañado a todos, ya lo hicieron desde que se presentaron a las elecciones del
2011 con un programa que han incumplido casi en su totalidad. Era esperanzador,
pero vino el arrodillamiento ante Europa que había comenzado Zapatero. Llegaron
más reformas laborales, más cierres de empresas, más despidos, aumento de la
deuda pública, las congelaciones de salarios y de las pensiones, se alzaron los
precios, se privatizó todo lo que se pudo, las elecciones dopadas, las cuentas
en paraísos fiscales y el empobrecimiento de la gente. Vinieron las
manifestaciones, casi cada día, las mareas, las calles abarrotadas de gente
protestando, los escraches que tan mal les sentaron a los señoritos, y estos se
defendieron sacando la famosa ley mordaza, para que la gente dejara de molestar
y expresar su descontento ante el latrocinio constante que padecían las arcas
públicas y los sobre precios abonados en cada adjudicación otorgada a las empresas
de los amiguetes de la gente del PP, los mismos que a cambio les entregaban
donaciones en negro. Dineros que financiaban ilegalmente al partido y picos
que, presuntamente, se llevaban los tesoreros… según dicen los del PP para
defender su ignorancia de los hechos.
A pesar de todo esto el Sr.
Rajoy, en lugar de aprovechar para dar la cara y, si está al margen, aclarar
todo el chanchullo institucional de sus compañeros… aunque se quedara más solo
que la una; toma la decisión de ponerse tras la pantalla de plasma,
argumentando agenda y alboroto público. ¡Sr. Rajoy, lo que escandaliza a la
población española es su necedad y su cinismo!
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