¿Recuerdan la noticia de hace un
par de días, aquella en la que una joven de veintiocho años, bebida y drogada
se cambia de carril y con su vehículo embiste a un grupo de ciclista? Creo que
mató a dos personas e hirió de gravedad a tres más, tan solo el que iba primero
vio venir el coche y pudo esquivarlo. ¿Cómo se paga esta fatal imprudencia? No
hay forma humana de resarcir la muerte de esas personas, sus proyectos, sus
futuros, lo que les gustase, etc., ya no tendrá continuidad. Sus familias no
les verán más, no podrán seguir disfrutando de su amor, de sus caricias, de sus
besos, de su presencia y de sus bromas; porque alguien de una forma cruel e
insensata se atiborró de lo que quiso, nadie se mete en ello, era su libertad,
pero no fue responsable. ¿Quiero decir que hay que prohibir el alcohol o las
drogas? No, no estoy queriendo decir eso, cada cual que haga lo que crea debe
hacer en su vida, pero que lo haga de un modo responsable y para sí, que no
comprometa a nadie más.
¿Qué castigo debe imponérsele a esa
joven que pudiera compensar el luctuoso acto? En realidad, ninguno, no hay
condena que compense lo que hizo. El dolor que ha producido va por otro lado,
al margen del proceso judicial, seguro que algunos de los familiares de las
víctimas quisieran que nunca saliera de la cárcel. Aun así, no pagaría nada de
lo que hizo. Lo paga según un código de leyes, pero a nivel de la pérdida y,
sobretodo, de aquellos a los que les han sido arrebatados los suyos, no hay
consuelo por mucha cárcel que se chupe.
La vida tiene esto, es inestable
en sí, la sucesión de instantes o situaciones es siempre nueva y diferente.
Podríamos decir que la vida envuelve un cierto peligro, o que la vida contiene
a la muerte, que es parte de la misma; de alguna manera es así y, a veces, se
producen conexiones fatales como la que ha sucedido: unos ciclistas por el
arcén de una carretera, justo en el instante, en que la chica pierde el control
del coche y se va contra ellos. Si hubiera sucedido unos segundos más tarde, el
grupo de ciclista hubiera pasado y no hubiera ocurrido nada de lo que estamos
hablando. Por tanto, tengo que pensar que hay una coincidencia en el tiempo,
eso ha sido evidente, pero siempre me aborda la pregunta pertinente, sobretodo,
para los más creyentes: ¿por qué no unos segundos antes o, unos segundos más
tarde? Estamos en peligro constante de las reacciones o acciones que puedan
realizar los demás, de la coincidencia de espacio y tiempo, ¿por qué, porque
estaba escrito, porque hay un destino? Esto lo mencionan muchos, yo creo que no
es así, aunque los hechos nos demuestran que lo que sí existe es la
coincidencia de espacio y tiempo. Si estás donde va a suceder el hecho, al
tiempo que acaece, eres testigo de lo que ocurra y posiblemente te puedes ver
afectado… todo es pura casualidad. Ese es mi punto de vista, no hay nadie
preservándonos del peligro salvo nuestros propios miedos, o el haber tomado una
decisión en lugar de otra. ¿Qué justifica que haya víctimas inocentes?
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