Ayer anunciaron el equivalente al
“todo vale”, Donald Trump había viajado a Arabia Saudí para cerrar un acuerdo multimillonario
de ventas de armas. Cuando interesa se acusa a Arabia Saudí de estar
financiando al ISIS y otras facciones terroristas islamistas, y cuando interesa…
son coleguitas, nos llevamos bien y les vendemos grandes cargamentos de armas.
Arabia Saudí es un país soberano
de Oriente Medio, cuya forma de gobierno es la monarquía absoluta. Es un país
en el que queda demostrado que no respeta los derechos humanos, pero aun así no
importa hacer negocios con él. Según Amnistía Internacional en 2015 se
realizaron 158 ejecuciones en Arabia Saudí. La principal forma de ejecutar es
la decapitación de asesinos, blasfemos y homosexuales. En esas tierras se
amputan miembros a ladrones y también se les flagelan. La ONU ha exigido el fin
de estos castigos pero Arabia Saudí va por libre, por un oído le entra y por
otro le sale.
En Arabia Saudí no hay libertad
de expresión, te vas a la cárcel en cuanto difieras con lo establecido, te
manifiestes, lo hagas saber o lo publiques por las redes sociales. Cualquier
desacuerdo con el régimen, si reduces el prestigio del Gobierno o incitas a la
opinión pública, puede ser condenado severamente e, incluso, costarte la vida.
Arabia Saudí considera un acto
terrorista organizarse en grupo, manifestarse para protestar; ya que puede
dañar la estabilidad del país. Tampoco son legales los partidos políticos, los
sindicatos ni constituir un grupo independiente pro-derechos humanos.
En Arabia Saudí se aplica la ley
Sharia, por la que se endurecen las condiciones y los derechos de las mujeres.
Por ejemplo: en el matrimonio solo el marido tiene derecho a solicitar el
divorcio de manera unilateral. Esa misma ley exige que haya una distancia
física, en los espacios públicos, entre mujeres y hombres; lo que limita la
libertad de las mujeres para acceder a ciertos lugares, por ejemplo: los
bancos. Asimismo, la mujer necesita un permiso del varón que la custodia para
poder trabajar. Sin embargo, no hay ninguna ley que la proteja de la
discriminación laboral o del acoso sexual en los trabajos. Para poner la guinda,
Arabia saudí es el único país del mundo que prohíbe a las mujeres conducir.
Los no musulmanes no cuentan con
una legislación específica que proteja o respete la libertad de culto. La ley
saudí no permite obtener la nacionalidad a los no musulmanes. Y si te
conviertes a otra religión será mejor que nadie lo sepa o te pasarás una muy
larga temporada a la sombra. La homosexualidad te puede comportar diferentes
castigos físicos e, incluso, la muerte por ejecución.
A pesar de todo, algunos eligen
los dólares, hacer negocios, vender armas… inventar un mundo mejor, hacerse la
foto con tiranos.
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