Voy una vez más contra el ultraje
de los políticos contra la ciudadanía, ya sé que no tendría que considerarles
nuestros enemigos, pero ellos no legislan de manera que se pueda retirar tal
pensamiento. Me voy a situar, de nuevo, en el impuesto de sucesiones porque es
tan injusto, bueno, no le voy a llamar injusto, es un robo a las claras. Una
vivienda totalmente pagada, que cada año abona su IBI, qué importa si es del
padre hoy y mañana es del hijo o hija, o de ambos. ¿Al comprarse la vivienda
pagó sus impuestos, por qué hay que seguir pagando en cada transmisión? Es que
los políticos se han inventado una forma de recaudar que excede la lógica y el
sentido común. Si una propiedad es de los padres y se la pone a nombre de los
hijos, por qué ha de pagar nada más que los gastos de notaría por hacer una
nueva escritura y hacer la modificación de datos en el registro de la
propiedad. De la forma actual, hay cantidad de personas que no pueden heredar
lo que es de su familia y tienen que renunciar a la herencia, ¿estas
propiedades se las queda la Administración?, ¿cuánto debería pagarle a la
familia, la Administración, para quedársela?
Con el dinero sucede lo mismo,
los padres, supuestamente, no pueden regalar su dinero a sus hijos. Según la
Administración son donaciones y las gravan con un porcentaje bastante elevado,
¿quién es la Administración para robarte parte del dinero que te da tus padres?
Estos dos asuntos: el de la herencia y el de las donaciones, son indignantes.
Menos mal que tenemos en la Junta de Andalucía mandando al Partido Socialista
Obrero Español (PSOE), pero no se nota cómo mira por la ciudadanía y mucho
menos por los obreros… más vale que cambiaran las siglas. Se me ocurre que
podrían pasar a llamarse: Partido Capitalista Español (PCE), siglas que muchos
confundirían con las existentes del Partido Comunista Español. No entiendo cómo
se hace uno cargo del poder y solo piensa en exprimir a la gente… pero esto
sucede porque el Estado es un zángano creado para subsistir a costa de la
gente. No nació con vocación de ser autosuficiente y generar industrialmente y
comercialmente sus propios recursos para el bien de la ciudadanía sin que nos
cueste un duro. Esta es otra forma de existencia de la Administración, que los parásitos
políticos no se la cuestionan… es más fácil tal como está establecida… ¡eh!,
que tenéis que abonar antes de tal fecha el impuesto tal o cual. Sin pistolas
ni nada, nosotros cogemos los recibos que nos han mandado a casa y, voluntariamente,
nos acercamos a la ventanilla de cualquier entidad bancaria y soltamos la “guita”.
La Administración podría ser un
ente de todos, pero que fuera autosuficiente, generadora de cuanto le hiciera
falta. Podría tener empresas y comercios que nos aseguraran el trabajo al mismo
tiempo que generara beneficios para los gastos públicos, servicios, sueldos,
etc. Esto es totalmente posible, aunque lo más cómodo es que te lo pongan todo
por delante y en la fecha que tú decidas. La Administración se sirve de la ciudadanía,
cuando debe estar para servir a la ciudadanía.
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