Comprendo a las personas que
están diseñando para que sus productos sean los que más aceptación tengan.
Entiendo que haya industrias que pongan a disposición de esos diseños todo el
arsenal para lograr hacer realidad lo que solo se ha visto en planos o simulaciones
tres dimensiones. Realmente se ven máquinas, muebles, inventos, vehículos,
etc., que son sorprendentes y bellos, pero te conformas con verlos pasar a tu
lado. Sabes que tú no lo vas a disfrutar porque no ganas lo suficiente para
adquirirlo y, en la situación actual, es una auténtica locura ir a un banco o
financiera a pedir un crédito, ¿sabes si vas a tener trabajo dentro de dos años?,
tal vez no sepas si lo tendrás dentro de uno. Todo esto viene porque esta mañana
he visto una moto, no haré publicidad de la marca, que como decía antes, me ha
sorprendido, me ha enamorado, a pesar de no ser un tipo de moto por mí
preferido… ¡joder qué bella era!
Todo tiene su precio, no voy a
entrar si es justo o excesivo, si encierra unos márgenes abultados o ajustados,
eso no es de mi incumbencia, sus fabricantes sabrán que penetración en el
mercado pretenden alcanzar. Los dineros son los que son, y también los
empresarios se han guardado mucho de obligar a los políticos que impusieran
unas normas por las que se trabaje más y se gane menos… pues, ahora, solo queda
fastidiarse si no venden lo suficiente. No es lo mismo que la gente viva bien
desahogada a que viva bien ajustada, los dineros se dedican a lo imprescindible,
a aquello sin lo cual no se puede vivir: comida, principalmente. Desde luego
hay un gran rango en todo esto, desde el que solo puede gastar en alimentos, al
que se pueda comprar algún trapito o zapatito, el que no puede pagar comunidad
y luz, mucho menos internet, o esos otros que viven con lo que logran le
presten sus amigos y familiares. Encontrarnos en esta situación a estas alturas
de la vida y de la historia, es lamentable. ¿Qué clase de sociedad persiguen
los que mandan, la de esclavos y señores ricos?... esto no va bien, aunque
muchos se encargaron de pronunciar el mantra de España va bien, ¿para quién?
Las horas de ilusión empleadas
por un diseñador como primer escalón de la cadena de producción, puede no
triunfar ni satisfacer por falta de coherencia entre lo que pretenden ciertos
empresarios, quizá, muchos, pagando salarios de miseria a sus empleados. Con
salarios de miseria, construimos una sociedad de miseria y solo una revolución
ciudadana puede hacer cambiar las cosas… no se endeuden, luchen por cobrar más
haciendo un buen trabajo, lo uno por lo otro, no olvidemos: derechos, pero
también obligaciones. Es sensato tener en cuenta ambos, las monedas tienen dos
caras, la vida también, hay cumplir y hay que recibir, el que paga quiere pagar
menos, y el que recibe quiere ganar más, la clave es: cuánto se puede ganar sin
hundir a la empresa y, cuánto se puede pagar sin quererlo todo para la caja del
empresario. De cualquier forma, hay que consensuar más entre empresarios y
trabajadores, ninguno de ellos debe creer poder hacer con el otro lo que le
parezca o venga bien a una sola de las partes; la empresa debe ser algo por lo
que luchar ambas partes, pues el triunfo de la empresa es una manera de
asegurarse por más tiempo el puesto de trabajo. Hay casi la misma distancia
entre empresario y trabajador, que entre político y ciudadano. Este sistema
está reventado, agotado o exprimido y lo peor de todo: sin futuro posible. No
hay amor alguno puesto en el sistema, sino intereses monetarios por cada
esquina y las luchas son continuas contingencias por el poder. Para ello se
sirven de todas las malas artes que se puedan imaginar, incluso de asesinar por
encargo a aquellos que puedan estorbar o se opongan a los planes de la mafia
destacada. Al fin y al cabo todo se diseña, hasta el ascenso al puesto que
ocupaba su rival. Me da pena que estemos despilfarrando nuestra inteligencia,
nuestra capacidad para desarrollar y progresar, nuestras energías porque nos
obligan ponerlos al servicio de la perversión social, laboral, política, etc.,
actual.
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