Imagen: radiomagdalena1420am.com
Me pregunto: ¿hasta dónde da la
palabra convivir?, es evidente que para cada uno tendrá un significado
diferente, pero convivir será algo concreto que se matiza de un modo sencillo:
vivir rodeados de más personas en un mismo espacio, llamémosle una casa, un
mismo bloque de pisos, una calle o una urbanización, etc.
El problema viene cuando alguien
entiende que convivir es que tú te tienes que aguantar que esa persona, pongamos
por ejemplo, haga ruido continuamente con una intensidad tal que trasciende los
límites de su casa y se adentra en la de sus vecinos. No crean que exagero, hay
gente así, yo vivo frente a una familia que es ruidosa de cojones, tiene todas
las máquinas del mundo mundial, pero no conforme con hacer uso de ellas con
bastante frecuencia desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche, las
acompaña de música difundida desde una columna de buenas proporciones que
seguro no pone a toda potencia, pero sí al suficiente volumen como para que
todos sus vecinos tengamos que ver las películas con una sintonía de fondo nada
acorde con el film.
Esta mañana le he pedido, una vez
más que baje un poco la música, jamás me atrevería por respeto a pedirle que la
quitara, ese no es asunto que me competa. Yo entendería que ese vecino puntualmente,
un día, tuviera una celebración de algún tipo y, por supuesto, yo me trago las
diez o doce horas de música, aunque entrara en mi casa y no se me ocurriría
decirle lo más mínimo. Lo que no es aceptable es que los ruidos o la música la
tengamos en casa casi a diario… ¡eso no es convivir!, eso es no pensar en los
demás que tienes alrededor. Cada casa es el santuario sagrado de cada familia y
yo me guardo muy mucho de no molestar a mis vecinos. Cada familia tiene derecho
a charlar, leer, ver la tele o hacer lo que quiera sin que las interferencias
ajenas y ruidosas sean continuas. Cada familia tiene derecho a vivir en paz,
tranquilamente, escuchando lo menos posible los sonidos procedentes de las
casas cercanas. Eso es educación, lo cual propicia el respeto. De lo contrario,
muchos suelen decir esta es mi casa y en ella hago lo que me parezca, esos
insensatos sí que perdieron de vista lo que significa convivir.
Además se suele dar la siguiente
reacción en la persona a la que le llaman la atención por ruidosa… suele
enfadarse, protestar, se defiende, ataca con imposibles puesto que tú no le
molestas a él, y los hay graciosos que se justifican diciendo: hoy por mí y
mañana por ti; pero si eres tú el que siempre estás molestando… llamemos a las
cosas por su nombre.
La convivencia es una experiencia
difícil de culminar con respeto, debido a la jungla humana, cada uno de su
padre y de su madre, cada cual en un nivel educacional diferente, cada uno con
una capacidad de comprensión distinta… ¡con lo bien que nos iría a todos parándonos
un momento a ver las repercusiones de nuestros actos y a verificar el grado de
molestia que podamos provocar en el otro!
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