Vaya por delante que el ideal mío
sería un mundo de gente civilizada, en el que no hicieran falta las fronteras y
cada uno viajara solo con su documentación de identidad, pero está sucediendo
algo que intranquiliza, como poco. Los inmigrantes, a los que algunos llaman
ilegales, no dejan de llegar por los medios que pueden: en embarcaciones, a
pie, saltando las verjas de la frontera, hiriéndose, etc., siendo acogidos
durante un tiempo en un centro que habrá que ver el estado higiénico del mismo
y las posibilidades o recursos con los que cuentan. El tema de la inmigración
no se arregla con los dineros que suelte la UE (Unión Europea) a los países que
acojan a esas personas. Si se acoge hay que hacerlo en condiciones, hay que tener
lo que necesitan las personas para vivir, que es el motivo por el que huyen de
sus países. Buscan futuro, trabajo, ganar dinero y poder vivir mejor, en muchos
casos, sin la amenaza de las guerras o del terrorismo.
Hasta ahí todo va muy bien, pero
existe un problema: que en muchos países hay un desempleo abultado de una buena
parte de la población, un asunto que debieran resolver las autoridades antes de
acoger, ¿de qué van a vivir esas personas que entran en pateras o saltándose las
verjas de las fronteras? La solidaridad de los pueblos ha de ser grande, como
no puede ser de otro modo, pero la maquinaria ha de crecer para que podamos
vivir todos, y eso pasa por tener empleo, ellos y nosotros. Creo que las
autoridades tienen una visión cortoplacista en este tema, pero proyectan poco o
nada, solo hablan de construir nuevos centros de acogidas para hacinar a una
mayor cantidad de personas provenientes del exterior. ¿Por qué no construyen
fábricas para terminar con el desempleo estructural de nuestra sociedad y
continúa creciendo e industrializándose hasta poder dar empleo a toda esa mano
de obra ajena al país? Hacer fábricas y convocar concursos de méritos para
cubrir todos sus puestos con desempleados y otros demandantes de empleo, bien
porque deseen cambiar el que tienen o, bien, para dar trabajo a esas personas
necesitadas de países vecinos. Pero, entonces, estarían creciendo como potencia
industrial e industrializando el país, así como acabando con la lacra del
desempleo… y eso no está en la agenda de ninguno de los Gobiernos que hemos
tenido o tenemos.
¿Es más humano meterlos en
edificios parecidos a cárceles poco salubres, sin la higiene necesaria y sin la
cantidad de comida que requiera la masa humana retenida? Yo creo que no es así,
aunque otras mentes cuando lo hacen es porque es lo mejor que pueden ofrecer o
es que no son capaces de imaginar y proyectar soluciones más a largo plazo.
En el mundo político actual de
intereses y desconsideración hacia la ciudadanía, se aburre uno de tanta
inmundicia, de tanto sinvergüenza, de tanta burla, de tanto cinismo, de tanta hipocresía
y, lo peor de todo… sin solución a la vista, porque te ilusionas con los
cambios de persona, pero nos dura poco, en seguida está funcionando parecido al
que se marchó. El sistema está forjado de una manera que permite un proceder
determinado, así que al que va llegando le ajustan el positivo y el negativo
del molde, para volver a obtener otro igual.
Si estuviéramos viviendo en ese
sistema de ellos, de los poderosos, pero ellos lo costearan todo y, a su vez,
nos estuvieran dando algo a nosotros, pues no tendríamos más remedio que callar
y, quizá, estar agradecidos; pero lo lamentable es que lo sostenemos nosotros
con nuestro dinero y nuestro trabajo, a nosotros nos toca un salario corto bien
ganado y a ellos les toca el rendimiento de la explotación, por lo general
abultada o sustanciosa. Además ellos marcan las normas y a nosotros nos toca
obedecer por temor a ser sancionados, castigados y encarcelados. Esto es
incomprensible, perdonen, pero en mi cabeza no cabe este despropósito. Se me
ocurre el símil siguiente: un solo pastor lleva por donde quiere a, supongamos,
doscientas ovejas. Las ovejas, son ovejas y viven como ovejas, agachan las
cabezas para comer hierba del suelo y no se ponen de acuerdo para imponer sus
criterios, desobedecer o atacar al pastor y poner fin a ser mandadas por la
minoría que supone un solo hombre. Pues, nosotros y nosotras somos como esas
ovejas.
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