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Cómo es posible que cada año suba
el combustible justo en la fecha de salida por vacaciones de buena parte de la
población. Hay que recaudar, hay que hacer caja… ¡vivan los impuestos!, quieren
subir los impuestos de los turismos diesel porque contaminan más, o sea, la
clave no es dejar de contaminar, eso no lo contempla el Gobierno, sino pagar
por contaminar, así, de nuevo, el que se lo pueda permitir, continuará
contaminando. Ninguna medida drástica contra la comercialización de vehículos
contaminantes... solucionar el problema de una vez por todas no está entre las
prioridades de los que gobiernan.
Hablando de contaminación, otra
de las soluciones “brillantes”: cobrar todo tipo de bolsas de plástico. Si
verdaderamente son un problema, porque no se prohíben las bolsas de plástico,
las botellas de plástico y todo tipo de envase de plástico. De nuevo las
neuronas sueltas o pérdidas de los que mandan solo dan para parchear haciendo
negocio, ¿alguien cree que cobrar las bolsas va a solucionar el problema de
contaminación y educación de todos y todas los que arrojan bolsas en cualquier
lugar de la Tierra?
Al tomar cualquier medida de las
que propongo, se tiene enfrente a un buen número de empresarios cuyos negocios se
desenvuelven en la producción y comercialización de productos que han resultado
contaminantes y un peligro para la fauna marina, principalmente, así como para
el resto de los habitantes del Planeta. Quemar plástico desprende gases
altamente peligrosos, comer plástico con los alimentos no debe ser nada bueno
para nuestra salud, beber agua que lleve restos plásticos tampoco debe ser sano…
¡estamos hartos de soportar una Administración que se desentiende de preservar
la salud de la ciudadanía! Faltan inspectores y faltan órdenes de actuar contra
las prácticas que ponen en riesgo a las poblaciones. No podemos seguir
consumiendo alimentos rociados con pesticidas, adulterados con compuestos
químicos añadidos o elaborados en proporciones alarmantemente nocivas. Hay que
pararles los pies a todas esas compañías que fundamentan su negocio en
pulverizar veneno o en fabricar esos venenos o aditivos alimentarios
artificiales, antinaturales o, sencillamente, mierdas, bombas alimentarias que
nos hacen enfermar. Pasen por un hospital de primera categoría y permanezcan
una mañana en la sala de citas para consultas y tratamientos de oncología,
después se preguntarán qué está sucediendo.
Los Gobiernos son cobardes, la
gran mayoría los son, no se atreven a legislar contra esas grandes compañías de
la alimentación y los venenos químicos, tal como se dijo antes. Temen las
pérdidas en inversión y el desempleo que se pudiera ocasionar, pero no temen
las pérdidas de las vidas humanas, tampoco, en el mal estado en que quedemos los
que enfermemos como consecuencia de los venenos añadidos a los alimentos,
pulverizados al aire, respirados, consumidos de algún modo, etc. Dirán que
tenemos la mejor Seguridad Social, la vida nos la arruinan, pero seguirán
haciendo negocios ahora con las farmacéuticas. Importan los movimientos de
millones para un lado y otro, así como las comisiones que se deriven.
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