Aburre tanto la política
española, aburre tanto la lentitud con que se mueve, aburre tanto la cobardía de
sus principales protagonistas, que difícilmente podremos alcanzar una sociedad
diferente. Cada día nos enteramos que se mueve por detrás, de un modo oculto,
tanto o más de lo que nos parece estar viendo. Caben todos los calificativos
despectivos que se nos puedan ocurrir para dirigirnos a la política, la antigua
y la moderna. La semilla del odio la han sembrado todos los que han gobernado
orquestando planes secretos que de algún modo han traicionado a toda la
ciudadanía española. Esta es la mierda a la que me refiero, a ese sistema
tramado con total maldad para exprimir y esquilmar la fuente de ingresos de los
españoles.
A pesar de que esto ha sido y es
así, van llegando nuevos y los van haciendo pasar por el tamiz de la
desvergüenza y, seguramente, les maniatan hasta que no dan la talla y la forma,
con lobotomía incluida, en un todo en uno, para asegurarse que harán lo que se
espera de ellos como simples robots programados. Esta es la sensación que
tengo, viendo la dificultad o la escasa voluntad de los que van llegando para
transformar de verdad el panorama decadente y corrupto. Les falta valentía a
raudales, no son capaces de poner luz y destapar la mierda recogida en listas o
guardadas en cajones, alfombras o en cuentas en paraísos fiscales. Llegan y se
convierten en la misma mierda que ya teníamos, habrá que preguntarse para qué
les queremos, sean rojos, azules o verdes.
Creo que vivimos una cierta
locura que nos va a hacer enfermar a todos porque lo que nos toca vivir es un
disparate. La gente promete antes de llegar y en unos días se caga fuera, se
caga en sus propias palabras, no tiene vergüenza ni se sonroja o dimite por
verse obligada a hacer todo lo contrario a lo que prometía a la sociedad
española. Un claro ejemplo de lo que vengo a decir es Pedro Sánchez, como se
diría en lenguaje coloquial: “una maricona”… ¿cuántas veces prometió que cuando
llegara al poder daría a conocer la lista de mangantes y gente de mal que no
contribuyen con la legalidad existente, como sí hace el resto de los españoles?
Ahora, al haber llegado, la palabra de un tío es la palabra de un tío y no
debería de dudarlo, nos debe el contenido de esas listas. El resto de la
ciudadanía española tiene derecho a conocer a sus paisanos que les roban.
Pedro, tú prometías, también, ser
la oposición del PP, hacer otras políticas…, ya sabes, no hagas lo mismo que
ellos hicieron, ocultar a los delincuentes de guante blanco. Estoy muy insistente
con esto porque considero que es dar un garrotazo a la ciudadanía y una
sinrazón nada entendible, tienes que tener claro que los malos son los malos,
no los confunda con el resto de la ciudadanía. Hay que avergonzar a todos los
que se saltaron la ley y dejaron de pagar sus impuestos, ocultándoles a
Hacienda sus dineros en paraísos fiscales o haciendo movimientos extraños con
empresas ficticias para lograr blanquear el dinero que dejaron de ingresar para
contribuir al mantenimiento de los gastos comunes en servicios públicos. Si el
PP dejó una ley express, de esas que hacía cada viernes sin consentimiento de
nadie más, con esa misma arma hay que tumbarla de inmediato y proclamar a todos
los vientos los nombres de todos, y todos son todos, duela lo que duela y caiga
quien caiga. El problema nunca será tuyo, siempre es del golfo que actuó como
actuó y por eso aparece en la lista de rateros y traidores españoles.
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