Imagen: www.niusdiario.es
Hace un par de
días asistimos al día de la banderita, todo el que fue programado para salir a
la calle para ejercer su acción de acoso y derribo al Gobierno, metido en coche
y banderita asomando por la ventanilla, lo hizo. Lo paradójico del caso fue que
estando aún en estado de alarma por el virus, el Gobierno permitiera esta
manifestación donde se pudo ver de todo, sobretodo, aglomeración. Los mismos
promotores de la protesta-pataleo, los señores de VOX, se mostraron todos
pegados, sin distancia de seguridad entre ellos, rebosantes de alegría encima
de un autobús descubierto, que les permitiera bien diferenciarse del resto y
salir adecuadamente en la foto para que pudieran mostrarse divinamente en los
medios de comunicación.
Los mismos que
en su día protestaron la manifestación 8M organizada y permitida por muchos,
entre ellos el propio Gobierno, hace dos días no tuvieron en cuenta el riesgo
de rebrote de la pandemia; el caso es hacer descabalgar al jinete o, haciendo uso
de otro símil, clavar bien la garrocha y tumbar al toro, las dos metáforas les
van bien a Abascal, a quien tanto dicen gustarle los caballos y, debo suponer,
que los toros, por ser muy español ese tipo de asesinato público, vergonzoso, y
permitido por una plebe salvaje que se regocija con el sufrimiento ante sus
ojos de un pobre animal apartado de su medio natural, el campo, para servir de
entretenimiento mientras llena el albero de rojo bermellón como señal de la
pérdida de su vida.
En este caso
muchas ciudades llenaron de coches un corto recorrido por el centro de las
mismas, sin importar el sonido de sus cláxones, ni la molestia a los vecinos
por el ruido de los mismos. Sin importarles que las ambulancias no pudieran
llegar con urgencia a atender a personas que necesitaban atención sanitaria. El
embotellamiento se produjo irremediablemente, y los participantes continuaron
con su particular verbena, bajaron de sus coches mientras a duras penas se
podía avanzar algunos metros, y se pudo ver a multitud de gente caminando por
entre los coches. Aquello era un show, o mejor dicho lo más parecido a un auto
cine en el estreno de Grease, pero haciendo ruido y en el que cantidad de gente
se baja de los autos para ir, al mismo tiempo, al bar a por algunos aperitivos
o unas copas.
Los más
españoles, los que llevan el peso de España sobre sus hombros y la bandera
nacional tatuada en su pecho, hicieron un alarde de democracia ejemplar,
colaboraron al progreso del país, al restablecimiento de normal funcionalidad del
Estado español. Todos los que salieron a la calle han sido ejemplo de
patriotismo… ¡VIVA FRANCO Y VIVA ESPAÑA! Sin ellos, España no tiene sentido,
son la gloria, la esencia, son la pureza de la raza española, son el progreso,
España se mantiene en pie por su esfuerzo, por sus ideas, por sus industrias…
¡quillo, es que no te enteras de nada! La bandera es suya, les representa a
ellos, la cosieron a mano y los colores son rojo por la sangre vertida por los
inocentes y el amarillo simboliza todo el oro y el dinero que nos han robado a
los españoles todos los gobernantes, incluido el caudillo, que hemos tenido en
España… ¡es que sigues sin enterarte de nada!
Eso sí, han
gastado gasolina y gasoil, han contribuido con sus impuestos para que el país
no se hunda, y lo de la contaminación no lo menciono porque como lo del cambio
climático, como decía el primo de Rajoy, era un cuento, ¡pues para qué!, ¡es
que no les comprendemos!
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