Imagen: misanimales.com
La renta
mínima es el último recurso para un sector de población que no consigue empleo
en el marco social de las clases, y capitalista con conveniencia de unos pocos.
Por supuesto que hay que ayudar a los que pueden quedar marginados, pero es
mucho mejor no entrar a la política de tener a la gente subvencionada, a la
política de los votos comprados, sino a la política de la gente empleada,
pedirle un trabajo por la prestación que se le dé, que la gente se sienta útil
en nuestra sociedad.
El Estado que
somos todos y que lo mantenemos entre todos, tiene que hacer lo que sea mejor
para todos y no solo para unos pocos, o lo que convenga al partido que
gobierna. La política, como he dicho tantas veces, solo tiene sentido de ser,
si todo su trabajo y esfuerzo se encamina para lograr el bienestar de la ciudadanía
en su conjunto, sin dejar a nadie atrás, hacer progresar al país, que su
población evolucione en todos los sentidos, etc.
La renta
mínima es un parche que viene a tapar la incapacidad e impotencia de un sistema
excluyente de personas, de un sistema que se estratifica por clases, que
acrecienta las diferencias, que propicia, por tanto, las diferencias. Un
sistema que ha demostrado ser corrupto, la mayoría de las veces. De un sistema
que traiciona a la ciudadanía y del que unos pocos sacan provecho en detrimento
del conjunto. Este es el capitalismo tal como se está entendiendo hoy en día,
yo sigo pensando que la salida es la sociedad de la colaboración de todos y que
se mueva sin dinero, ni siquiera trueques, que es a donde se les dirige las
mentes a muchos en cuanto escuchan lo de la sociedad sin dinero. No hay que
cambiar nada, porque de alguna forma lo que se cambia se valora y la gente
volvería a competir por conseguir cuanto más mejor por lo suyo. Yo no hablo de
una sociedad que nos haga rivalizar, que enfrente a la gente, que forme bandos
como ahora, yo no hablo de nada de eso. Hablo de concierto, de armonía, de
concienciación, de colaboración de todos y que a nadie le falte todo lo
necesario para vivir bien. Es posible aunque los más programados no sean
capaces, ni tan siquiera, de acercarse con su pensamiento. Otras formas de
vivir son posibles, apenas seas capaz de pensarlas y estés convencido de su
existencia, podría llegar a ser. Quizás esté en otro nivel diferente, casi
seguro que es de otro nivel, pero está ahí esperando que nos decidamos a vivir
de esa otra forma. Yo no veo mejor manera al día de hoy, que la sociedad sin
dinero en la que todos sigamos haciendo como hasta hoy, salvo aquellos empleos
que ya no fueren necesarios como: vendedores, contables, agentes de seguro,
empleados de banca, habría ciertas profesiones que no tendrían razón de ser
porque pertenecen al estricto mundo capitalista anterior. El resto seguiría
haciendo como hasta el momento actual, los demás se irían incorporando a los
trabajos de todo aquello que se necesita para la sociedad, para que todos
vivamos bien. Así que al incorporarse todos esos que antes trabajaban en otras
funciones, más todos los que están desempleados, seguramente, todos tengamos
que hacer jornadas muchos más cortas. Esas serían nuestras colaboraciones con
el sistema, sin estrés, sin cifras, sin beneficios, sin presiones, menos horas,
que quedarían grabadas en nuestras tarjetas magnéticas para justificar estar al
día en colaboraciones con el sistema, lo que nos da la potestad de adquirir en
los establecimientos todo lo que necesitemos. No digo nada del otro mundo,
estoy humanizando nuestra sociedad, hemos dejado de competir por un salario, pasando
a colaborar por tener una vida digna.
Al Gobierno le
es más fácil tirar del dinero de los demás para subvencionar a una capa de la
sociedad, a la que no le exigirá trabajo, es dinero regalado. Al Gobierno,
aunque muy de izquierda o rojo que sea, no le importa seguir inmerso en un
sistema de clases, capitalista, que como saben sigue beneficiando a unos frente
a otros. Al Gobierno no le importa seguir fomentando la fragmentación social,
la marginación de algunos, y proponen maquillar la situación, porque buscar una
solución real le viene demasiado grande, sería sacar los pies del plato, y
saben que los que llevan las riendas del capitalismo, les echarían a ellos de
su pedestal dorado en el que se mantienen y pueden ser bien vistos, en cuanto a
visibilidad, no en cuanto a buen hacer.
Las reformas
de calado significarían una auténtica revolución, y esas personas que se
atrevían a llevarlas a cabo eran de otros siglos. Los políticos actuales y la
sociedad actual, se han acomodado en demasía, estamos todos arrodillados y
esperando que los reales decretos nos hagan llegar las limosnas, las
subvenciones de alguna forma, la compra de voluntades, de otra. La lucha,
¿dónde está?, el amor propio, ¿dónde quedó?, ¿y la justicia social?
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