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Vivimos en el
mundo de las tinieblas, que es como parece ser el mundo que algunos han
desarrollado, todo lleno de secretismo y acuerdos oscuros entre fuerzas
económicas y políticas, en las que se deja al margen lo que pudiera querer o
decidir la misma ciudadanía que todo lo sufre, lo irracional es lo que triunfa.
Llevamos dos
meses con 24 horas de información alrededor del virus este que nadie dice de
dónde ha salido, de soslayo se ha dicho que pudiera provenir de algún animal
salvaje, pero también se ha dicho, de la misma forma, que pudiera haber
escapado, a propósito o no, de un laboratorio chino. Lo que no es de recibo, es
que sea como sea, nada se investigue a fondo sobre su origen, puesto que todo
el mundo se ve afectado y a nadie se responsabiliza. Una vez más, carguemos con
todo lo que nos quieran echar sobre nuestros hombros y, como parece, a punto de
colapsar por la gravedad del contagio de no se sabe ya qué es esto, qué es este
virus, si un virus probeta, si un ataque en toda regla a la economía mundial,
si es algo accidental o algo planeado contra la humanidad. Con el daño que está
produciendo a todos los niveles, cómo es que los medios se llevan las 24 horas
hablando solo de cifras de contagiados y de fallecidos, o de confinamiento y
desescalada, de hundimiento de ciertos sectores productivos, pero nada, ni una
sola palabra, ni una exigencia por conocer el origen y pedir cuentas a sus
responsables.
Australia,
sensata, inquieta, con los pies en el suelo, quiere investigar el origen del
virus, está tratando de formar una coalición internacional que se ponga manos a
la obra en su intento por descubrir qué hay, realmente, detrás de la pandemia.
Inmediatamente China le ha amenazado con dejar de importar productos procedentes
de Australia, así como restringir el turismo de personas asiáticas hacia el
país oceánico. ¿Cómo se ha de entender esta reacción brutal y fuera de lugar de
Pekín?... ¡blanco y en botella… leche!
Yo pienso, que
quien no tiene nada que temer, quien no ha tenido nada que ver en que el virus
esté contagiando y frenando la economía de medio mundo, no tendría motivos para
enojarse sino para alegrarse de que se conocieran los orígenes, en primer lugar
para poner las medidas necesarias y que no se volviera a repetir algo similar.
En segundo lugar, porque debemos suponer que ellos mismos han sufrido el
contagio y las muertes, por lo que ya de por sí, debieran estar predispuestos a
la investigación, pero cuando la respuesta es la que ha sido, yo sospecho que
China no las tiene todas consigo, hay algún As por ahí, que pueda ser lanzado a
la mesa en cualquier momento.
Guardando las
distancias, este tema y esa reacción de fuerza e intento por acallar al Estado
Australiano, me suena a lo sucedido hace un par de días con el campo español y
su situación laboral. Me refiero a lo expresado por ciertos agricultores en
contra de la Ministra de Trabajo, pidiendo su dimisión, por haber solicitado de
los Inspectores de trabajo, que vayan a las plantaciones a revisar las
condiciones de trabajo, en evitación de condiciones precarias o infrahumanas en
las que pudieran estar viviendo algunos obreros del campo. ¿A qué viene tanto
enfado de algunos terratenientes?, yo vuelvo a pensar que aquel que tiene
contratado a su personal como la ley manda, nada tiene que temer porque vaya a
su casa un inspector a realizar sus funciones, algo que por otro lado tendrían
que hacer lo diga o no lo diga la ministra. ¿Será que la costumbre de traer
mano de obra barata es para pagarle menos de lo que les corresponde por ley?,
¿será que hay colectivos de obreros a los que se confina en barracones
nauseabundos, insalubres, sin comodidades básicas y necesarias?, ¿será que se
les tiene trabajando como si fueran esclavos, de sol a sol y los siete días de
la semana? Cuando se encontraran situaciones como las descritas, habría que
acabar de raíz con el problema para que nunca más se volviera a repetir. Con
anterioridad a las campañas de recogida de productos agrícolas, los que fueren,
se hace una ley que venga a decir: El empresario que tenga trabajadores fuera
de la ley, se le expropiará su empresa o su finca. Es así de fácil, en dos
renglones y entendible, sin posibilidad de entrar en interpretaciones, que lo
entiendan nuestras abuelas. Algún día tenemos que poner fin a los golfos y
sinvergüenzas que hay en el país. Para ello es necesario que los que dictan las
leyes y los que tienen que hacerlas cumplir, no lo sean.
Me da la
sensación de que China lo que pretende es como si vinieran unos atracadores y
nos robaran en plena calle, a la luz del día, en una zona video vigilada, pero se
opone a que se investigue para detener a los culpables.
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