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Como
consecuencia de lo firmado por el Gobierno y Bildu, acerca de derogar la
reforma laboral, los empresarios abandonan la mesa de negociación con el
Gobierno. Ahora los medios de comunicación a los que les encanta la
confrontación y el morbo, que es de lo que viven en parte, no dejan de poner el
dedo en la herida, una herida ficticia, pues lo que hay es un acuerdo firmado
entre partidos, recogido en papel y, debemos suponer, que nadie le puso una
pistola en el pecho a los representantes de los mismos para que firmaran. Por
otro lado, todo ese aparente malestar dentro de las filas del Gobierno, no se
pueden atribuir a PODEMOS, como algunos quieren hacer ver, ni siquiera a Bildu,,
porque la tercera pata, el tercer actor firmante fue el PSOE. ¿Acaso no sabía
el PSOE lo que firmaba?, ¿había bebido aquel día o le amenazaron para que lo
hiciera?
Si firmas algo
con alguien, ese alguien vendrá un día a exigir se cumpla lo que se ha firmado,
¡es lógico! Ahora toca apechugar con las consecuencias, tengan las
repercusiones que tengan, los caballeros se visten por los pies, como se suele
decir; a menos que se esté tratando con la mafia, con estafadores o traidores,
que entonces puede suceder cualquier cosa, el desenlace puede resultar incierto,
como parece es el caso que nos ocupa. Firmar para conseguir lo que al PSOE le
ha interesado en un momento dado, pero si te he visto no me acuerdo, y de lo
dicho nada de nada. Y como decíamos con la corrupción del PP…, todo el PP no
iba a estar delinquiendo, desenvolviéndose mafiosamente y corruptamente sin que
su Jefe de filas, Sr. Rajoy, no supiera lo que pasaba. Ahora es lo mismo, lo
firmado por el PSOE, es de pleno conocimiento de Sánchez, y si Sánchez es un
tío integro, que es mucho suponer, tiene que cumplir sí o sí.
Que se
levantan los empresarios con pataleta incluida es porque antes, con la reforma
laboral del PP estaban bien conforme, seguro que les iba muy bien y les
convenía. Si ahora les toca apretarse el cinturón que lo hagan, como los
trabajadores lo han hecho todos estos años de recortes, bajadas de salarios,
facilidad en el despido y precarias condiciones laborales. El Gobierno no puede
caer continuamente en el chantaje de los empresarios. El Gobierno lo que debe
hacer es legislar conforme a los intereses, principalmente, de la ciudadanía,
buscando su bienestar, y los empresarios, como el resto de la población, tendrán
que acatar la ley, como no puede ser de otro modo. Que amenazan con cerrar
empresas y mandar gente al paro, lo que hay que hacer es anticiparse, hacer una
ley que lo impida si la empresa tiene condiciones de seguir funcionando y no se
encuentra en quiebra, para eso hay que desligarse de los empresarios igual que
se deberían desligar del poder judicial. En los casos más extremos, a sabiendas
de la solvencia de una empresa que quiera deslocalizarse para ganar más dejando
tirados a sus trabajadores, o quieran cerrar siendo empresas viables, hay que
expropiarle la empresa, ¡así de sencillo!
Ahora viene la
segunda parte de los que aman estar subvencionados toda la vida, son los que
parecen decir: que el dinero lo pongan otros, que es como decir que manden
ellos, y dejamos que los poderes monetarios, los fondos buitres, los inversores
extranjeros vengan a imponer sus condiciones. En ese momento es cuando hay que
reaccionar, debemos tender a ser un país auto suficiente para no depender de
ceder nuestra soberanía a extraños. Hay que hacer un proyecto de país, hay que
industrializar el país con los empresarios, o sin ellos, para que la gente
pueda trabajar. El dinero público se debe emplear en crear nuestros puestos de
trabajo, no para seguir dando limosnas, ayudas, prestaciones o rentas mínimas y
la gente en sus casas o, en muchos casos, fomentando la economía sumergida.
El sistema
estará diseñado para el triunfo de los que ponen el dinero, pero nosotros como
país no debemos caer en su juego, debemos jugar nuestra partida y dejar de
malversar enriqueciendo a unos y otros, para invertir en nuestros propios
proyectos empresariales, dependiendo cada día menos de las importaciones.
Nosotros como pueblo, debemos mirar por los nuestros, tenemos que solventar
nuestros problemas y nuestro dinero tiene que servir para ello. Ustedes,
políticos del PSOE y PP fueron capaces de firmar a nuestras espaldas, traicionándonos,
que cobraran los bancos extranjeros que habían prestado el dinero antes que
abonar nuestros servicios públicos, incluso con repercusiones graves para el
bienestar de la ciudadanía. ¿Por qué ahora no son capaces de traicionar a los
acreedores hasta que consigamos el grado de industrialización adecuado para
conseguir el desempleo cero? ¡Ustedes son unos cobardes!
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